AMO LA VIDA

De... Cuántos sinsabores caben en una palabra extremadamente corta y tan vieja como el mundo. Es de... y ya ahí comienza una historia, que tiene que ver con la posesión y las posesiones, parienta cercana de la ambición y el egoísmo.
Mujeres... la pertenencia de. Los padres, los hijos, el marido de...
La casa, el trabajo. La vida... de.
La preposición se oculta hasta en el apellido. Un buen día una comprende que nuestro ser acá en la tierra es de alguien y más allá, también.
De pronto somos el honor de, o la desesperación de, o la perdición de…
En nuestro idioma, se casó al principio de las letras, una vocal con una consonante, en el inglés también. ¿Será ése el comienzo del sometimiento?
¿Serán dos letras las causantes del mal en el mundo?
Todo aquí tiene dueño: la pobreza, la riqueza, la guerra, la miseria, la salud, la enfermedad, la traición, la esperanza, la paz... Y todo pasa por el puente de la palabrita, es el nexo cómplice, el sonido siempre con voz de mando, de decreto, de decisión.
A veces es la presente ausente. En la desnutrición es la falta de... pero sigue siendo la aliada de los perversos, o, lo que es peor, de lo perverso, de esa manera su alcance en esta persecución es casi hasta el infinito.
Probablemente no ha reparado, amparada en el poder que le ha dado su significado, que es presa de una enfermedad endémica, el analfabetismo. Y que éste es sumamente peligroso no sólo para quién lo porta, sino también para el resto, porque contagia a dueños, patrones, conquistadores y evangelizadores. Es el camino seguro a la invasión enmascarada de... la palabra, el pensamiento, la bandera que golpea con costumbres extrañas, ajenas, en el carnaval de... la cultura importada con el caos pegándole en los talones.
Hay un payaso siniestro vestido de plata y oro que se gesta en su panza de preposición acaudalada, seduciendo a unas y a otras, a vocales y consonantes, y riendo a carcajadas de las leyes, les hace cosquillas a los jueces hasta lograr un grado de risa tal, que vuelca los tratados en la copa del deshonor o prende fuego a los demás signos hasta lograr la muerte de la palabra: razón.
Siguiendo el hilo de la coherencia amontonamos sonidos, para encontrar siempre un dueño en los extremos.
La risa se convierte en la mueca descarada de... alguien, y se instala en el alma de... las sombras del poder.
Muy pequeña en apariencia pero su onda expansiva abarca desde lo cotidiano a lo planetario. Baja y regordeta en nuestro idioma, enjuta y reprimida en el inglés, ambas son una sola idea: acaparar.
Con igual sonido que la cuarta letra del alfabeto castellano, sola o acompañada, tal vez para confundir.
El mundo es de... el país es de... somos de... soy de... Ni la magia puede salvarnos.
O quizá, si mudáramos de pensamiento, si nos sintiéramos en... en la esperanza...

No.


Norma Aristeguy
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