ANOCHE

Anoche soñé contigo: nos abrazábamos con disimulo al hilo de la conversación...

Anoche volví a soñar contigo, y quise no despertar.
Te vi tan claro, estabas sentado en mi cama, y sentí mucho dolor porque sé que estás lejos, pero te juro que te vi allí, mirándome, sentí como tus manos se posaban por encima de mis mantas y me acariciabas como diciéndome "tranquila, aquí estoy a tu lado".
Me decía ¡ay Dios, no quiero despertarme!, déjame en este sueño, déjame estar con mi amor...

Sabes que eres lo que más quiero en este mundo, y en esta ensoñación contigo me siento que vuelo hacia tus brazos.. esos brazos que también desean arroparme cuando la soledad viene y hace mucho daño a mi existencia...

Sí, anoche soñé contigo y te abrazé en mi delirio, no quería despertar, nunca te sentí tan mío, tan maravillosamente compenetrados en mi piel...

No sabes cuanto te extraño, como deseo que los años sean meses y los meses sean días, quisiera ponerle música a todos tus recuerdos y escucharlos mil veces para que nunca te vayas de mi lado.

No quiero despertarme mi amor, quiero seguir en este sueño, sentirte así de cerca.

- Te extraño tanto -

Me duele tanto el alma, que en este momento lloro y me da gusto que esté nublado porque cuando salga de aquí, de este lugar, la gente no sabrá si lloro porque esperaré hasta que empiece a llover.

Mientras tanto seguiré durmiendo para seguir soñando contigo...
esperando que un mañana cualquiera sea el día que por fin te encontraré.

EL HOMBRE SABIO


EL HOMBRE SABIO

El sabio se mantiene alejado de la rivalidad,
de la codicia y de la confusión
producida por los deseos.

El sabio es feliz al vivir,
es bondadoso y armoniza con todos,
es sincero al hablar, equilibrado
y recto en el trabajo y en la vida.

Cuando acaba su obra, se retira oportunamente,
su respiración es fresca como la de un niño,
y busca siempre beneficiar a los hombres.

El sabio es difícil de comprender,
es cauteloso como quien atraviesa
un río en invierno,
prudente como quien tiene enemigos, reservado como el huésped de una casa,
sencillo como la madera, tranquilo como un valle
y profundo como las aguas de un lago.

El sabio posee poco porque se ha olvidado de las cosas, su presencia es modelo para todos los hombres.

No se muestra, por eso resplandece, no se vanagloria, por eso sobresale,no se exalta,
por eso merece elogio, es humilde y se mantiene íntegro.
Permanece independiente, aunque viva rodeado de gloria y esplendor nunca pierde la paz.

El sabio no es impetuoso, nunca pierde el dominio de sí mismo.
El sabio no ofende a nadie, y nunca halla motivo para rechazar a nadie.

El sabio es aquel que se conoce a sí mismo, que quiere conquistarse a sí mismo,
más que conquistar a otros.

El sabio, contemplado no parece digno de ser mirado, oyéndolo, no parece digno de
ser escuchado, sin embargo, contiene en sí todas las virtudes.

El sabio parece que no hace nada y,s in embargo, nada queda sin realizar.

El sabio hace del corazón de los demás el suyo propio.
Con el bueno obra de forma buena, con el malo obra de buena forma.

El sabio se parece a un niño, nada ni nadie le daña

El sabio se da cuenta de las cosas que para los demás pasan inadvertidas,
y estima por igual las grandes y las pequeñas.

El sabio no combate, mas siempre vence, y no teme a la muerte.

El sabio es, en fin, quien está en armonía
con la naturaleza.

Tao Te King
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