Si ves que el cielo suspira,
entre sus nubes calladas
y una suave y leve brisa
acaricia tus pestañas,
cierra los ojos y escucha…
es mi voz la que te llama,
quiere acariciar tu nuca
y susurrarte en la espalda.
Si acaso una breve lluvia
se desliza en tu ventana
y ves que nace la luna
sonriente y sonrojada,
cierra los ojos, escucha,
es mi boca que te llama,
quiere derramar dulzura
sobre tus labios de escarcha.
Si ves que el mar se hace espuma,
cuerpo de sal y de algas,
mientras avanza la bruma
al despertar la mañana,
cierra los ojos y escucha
¡es mi boca que te llama!
queriendo abrazar cada duda,
cada herida que te sangra.
Si ves que callo y sonrío
cuando estás cerca y me abrazas
y sientes en mi piel el brío
de una hembra apasionada…
¡abre los ojos! ¡escucha!
¡mírame! soy fuego y brasa
¿no ves que ya estoy desnuda?
¡que he desnudado mi alma!
Desnuda de piel para dentro
donde están naciendo alas,
que quieren volar en tu cuerpo
y enredarse entre tus albas,
allí, a la izquierda del beso
que quiere besar tu mirada…
un beso profundo e intenso
que en silencio ¡te reclama!
Si acaso un temblor te acuna
y sientes que nace una lágrima
y en mis ojos ves lagunas,
azules, con aguas claras,
no tengas miedo ¡y escucha!
ese rumor que te habla,
verás en ellos ternura…una ternura
¡que me está empapando el alma!