Así me hizo Dios...


No sé si soy un poeta
o marinero sin barca.
No sé si escribo con remos
las superficies del agua,
mientras se cargan mis dedos
de energías renovadas,
que luego plasmo en cuadernos,
llenando y llenando páginas.

Soy poeta porque escribo
y marinero sin barca
porque navego en delirios
y mis sueños me acompañan
por las riberas del río,
por corrientes solitarias,
donde te busco y te encuentro
como una Diosa romana,
como Venus emergiendo
entre las aguas plateadas.

Y por eso yo te busco,
de la tarde a la mañana
y algunas noches dibujo,
esperando llegue el alba,
tu imagen que es un embrujo,
enredado entre mis sábanas.

No sé si soy un poeta
o un marinero sin barca
o quizás sea un pintor,
aunque yo no pinte nada.
Pero así me hizo mi Dios
en una tarde esmeralda.



Día del lector, Jorge Luis Borge, poema mio fusionado con el suyo, Lectores.

De aquel hidalgo de cetrina y seca tez
y de heroíco afán se conjetura
que en vísperas perpetuas de aventura, 
no salio nunca de su biblioteca.

Yo que queriendo salir no me dejaba
mil deseos de libros y de escritura
me afanaba las horas en la lectura
hasta encorvarse la espalda desvencijada.

La crónica puntual que sus empeños 
narra y sus tragicómicos desplantes 
fue soñada por él, no por Cervantes, 
y no es más que una crónica de sueños. 

Y critican mi suerte poetas de antaño
por  dejarme la vista en tan noble misión
cuando fui yo quien con mi ilusión
le di fuerza a mis letras sin ningún engaño.

Tal es también mi suerte Sé que hay algo 
inmortal y esencial que he sepultado 
en esa biblioteca del pasado 
en que leí la historia del hidalgo.

Y tengo en mi orgullo escribir lo que siento
lucir en la biblioteca los sueños forjados
escrito quedarón con los ojos cansados,
las vivencias pasadas por mis pensamientos.

Ángel Reyes Burgos
En negrita los versos de Borges.
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