Haciendo el amor...

Voy haciendo mi camino
por los pliegues de tu cuerpo
con tus suspiros y mil besos
anclados sobre tu pecho.

Tus labios dejo atrapado
y tiemblas como hoja al viento
al bajar sobre tu cuerpo
tus pliegues y tus sentimientos..

Glorioso vientre de ninfa
que navego sin pudor
hasta llegar al paraíso
abriéndose como flor.

Ya beso dulce y sereno
ya bebo del manantial
y sucumbo entre tus muslos,
el deseo cumplido está.

Me aprietas sobre tu pecho
me abrazas agradecida
un beso y mil te quiero
en tu corazón anidan...

Ángel Reyes Burgos

Gaviota de los aires...


Gaviota de los aires,
mi blanca y bella azafata,
¡cómo escribes en tu canto
los besos de enamorada!

Gracias oh, amiga mía,
por darme tus alabanzas
y ese tu verso encendido
que emana de tu palabra.

Son las brisas de tu boca,
que tienen perla y esmeralda,
que van naciendo en tus ojos
y en las cuevas de tu entraña.

Gracias, hija del mar.
Gracias, río de plata.
Gracias por darme vida
desde tus labios de grana.

Y gracias a tu espíritu,
que me engrandece y engalana
y me consuela en la noche
y en la mañana me abraza.

Gracias, mi querida amiga,
gracias por darme tanta,
tanta dulzura de labios
y besos de luna clara.

Gracias, muchas gracias
a ti, hija del mar,
a ti, luz de alborada,
que has nacido para amar
las cosas bellas del alma.
                     
Gracias, andina mía,
gracias por ser la maga
y la dulce mariposa
y flor de la misma rama.

¡Oh, ángelus de mis estrellas!
Cantos de la mar salada,
gotas del rocío triste
son las gotas de mis lágrimas.

Gracias, muchas gracias,
bajel de mis alabanzas,
playa de mi blanca espuma,
varadero de mis barcas.

Para mi corazón basta tu pecho...

Para mi corazón basta tu pecho, 
para tu libertad bastan mis alas. 
Desde mi boca llegará hasta el cielo 
lo que estaba dormido sobre tu alma. 

Es en ti la ilusión de cada día. 
Llegas como el rocío a las corolas, 
socavas el horizonte con tu ausencia, 
eternamente en fuga como la ola. 

He dicho que cantabas en el viento 
como los pinos y como los mástiles, 
como ellos eres alta y taciturna, 
y entristeces de pronto, como un viaje. 

Acogedora como un viejo camino, 
te pueblan ecos y voces nostálgicas. 
Yo desperté y a veces emigran y huyen 
pájaros que dormían en tu alma.

Poema 12, Pablo Neruda

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