Hacia ti, vengo...



Hacia ti vengo, amor, hacia ti, voy.
Con la boca sembrada de lunas
y un manto cubierto de noches oscuras,
que quedaron ciegas de buscar ternura,
de no hallar caricias…tan solo amargura.

Hacia ti vengo, amor, hacia ti voy,
En mis manos las huellas que regala el tiempo,
en mis ojos las perlas de un mar con su puerto
y en mi piel las estrellas queriendo ser cielo,
queriendo enredarse entre todos tus besos.

Hacia ti vengo, amor, hacia ti voy.
He dejado la umbría al otro lado del pecho,
he rociado con risas las bombillas del techo,
he roto las cortinas que cubrían de silencio
las paredes de mi vida oscureciendo mis momentos.

Y hoy vengo hacia ti,
desnuda, sin cadenas,
sin temor a ser gaviota
sobrevolando tormentas,
con el anhelo en la boca
de nombrarte en las mareas
y navegar en tus olas,
ser peldaño en tu escalera.

Hacia ti voy, amor,
con la mirada serena,
con una pincelada roja
en el latir de mi venas,
y un corazón que aún se asombra
cuando presiente que llegas
para cubrir de amapolas
el jardín que por ti espera.

Hacia ti vengo amor ¡hacia ti voy!
para sembrar en mi cuerpo
los aromas de la tierra
y dejar nacer el verbo
¡y ser en ti! ¡estar completa!


Salta la reja almonteño, estamos en el Rocío.

Con tu falda rociera
y yo con botos campero
vamos cantando al rocío
como buenos rocieros.

Se hace la noche hermosa
ya esta oscuro el camino
y al lado de una fogata
bailamos bajo los pinos.

Yo me cubro con mi sayo
no me vayas a resfriar
que mañana salto la reja
y al Rocío quiero llegar.

En la mañana se agita
mi caballo plateado
al ver esa hermosa ermita...
al Rocío hemos llegado.

Salta la reja almonteño
que la virgen esta esperando
que vayas a tocar su manto
contemplándote llorando...

Ángel Reyes Burgos

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