Mi búsqueda no es sencilla, busco un hombre...


He encontrado en mi vida amigos, enemigos, conocidos, científicos, intelectuales, pacifistas y aún continuó mi pesquisa porque lo que yo deseo, es:

Un Hombre...

Un hombre que no tema a la ternura; que se atreva a ser débil cuando necesite detenerse a recobrar fuerzas para la lucha diaria, que no piense que al amarme lo derrotó, o que al amarlo me aniquila.

Un hombre que me proteja de los demás y de mí misma, que conociendo mis errores, los acepte y me ayude a corregirlos.  Un hombre que quiera y sepa reconocer mis valores espirituales y sobre ellos pueda construir todo un mundo; que nunca me rebaje con su trato.

Un hombre que con cada amanecer me ofrezca una ilusión, que aliente nuestro amor con toda delicadeza para que una flor entregada con un beso tenga mas valor que una hoja.

Un hombre con el que pueda hablar, que jamás corte el puente de comunicación y ante quien me atreva a decir cuánto pienso, sin temor que me juzgue y se ofenda y que sea capaz de decírmelo todo, incluso que no me ama.

Un hombre que tenga siempre los brazos abiertos para que yo me refugie en ellos cuando me sienta amenazada e insegura, que conozca su fortaleza y mi debilidad, pero jamás se aproveche de ello.

Un hombre que tenga abiertos los ojos a la belleza, a quien domine el  entusiasmo y ame intensamente la vida; para quien cada día sea un regalo inapreciable que hay que vivir plenamente, aceptando el dolor y la alegría con igual serenidad.

Un hombre que sepa ser siempre más fuerte que los obstáculos, que jamás se amilane ante la derrota y para quien los contratiempos sean más estímulos que adversidad, pero que esté tan seguro de su poder que no se sienta en la necesidad de demostrarlo a cada minuto en empresas absurdas sólo para probarlo.

Un hombre que no sea egoísta, que no pida lo que no se ha ganado, pero que siempre haga esfuerzos para tener lo mejor porque lo ha ganado.

Un hombre que goce dando y sepa recibir.

Un hombre que se respete a sí mismo, porque así sabrá respetar a los demás; que no recurra jamás a la burla ni a la ofensa, que más rebajan a quien las hace que a quien las recibe.

Un hombre que no tenga miedo de amar ni se envanezca porque es amado;  que goce el minuto como si fuera el último, que no viva esperando el  mañana porque que tal vez nunca llegue.

Cuando lo encuentre, lo amaré intensamente.

Anahí Morales

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