Casida del herido por el agua. Garcia Lorca.

Quiero bajar al pozo 
quiero subir los muros de Granada 
para mirar el corazón pasado 
por el punzón oscuro de las aguas. 

El niño herido gemía 
con una corona de escarcha. 
Estanques, aljibes y fuentes 
levantaban al aire sus espadas. 

¡Ay qué furia de amor! ¡qué hiriente filo! 
¡qué nocturno rumor! ¡qué muerte blanca!, 
¡qué desiertos de luz iban hundiendo 
los arenales de la madrugada! 
El niño estaba solo 
con la ciudad dormida en la garganta. 
Un surtidor que viene de los sueños 
lo defiende del hambre de las algas. 

El niño y su agonía, frente a frente 
eran dos verdes lluvias enlazadas. 
El niño se tendía por la tierra 
y su agonía se curvaba. 

Quiero bajar al pozo 
quiero morir mi muerte a bocanadas 
quiero llenar mi corazón de musgo 
para ver al herido por el agua.
















En mayo de 1921, Lorca volvió a Granada, teniendo así la oportunidad de conocer al maestro Manuel de Falla, que se había instalado en la ciudad en septiembre del año anterior. Su amistad les llevó a emprender varios proyectos en torno a la música, el cante jondo, los títeres, y otras actividades artísticas paralelas. Ese mismo año, Lorca escribió el Poema del cante jondo, obra que no se publicaría hasta diez años después. Esos años en Granada giraron alrededor de dos focos culturales: Falla y la tertulia de "El Rinconcillo"...Para saber más pulse aquí.

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