Sonetos de Octavio Paz y Claudia Lars

Octavio Paz

Inmóvil en la luz, pero danzante, 
tu movimiento a la quietud se cría 
en la cima del vértigo se alía 
deteniendo, no al vuelo, sí al instante. 

Luz que no se derrama, ya diamante, 
detenido esplendor del mediodía, 
sol que no se consume ni se enfría 
de cenizas y fuego equidistante. 

Espada, llama, incendio cincelado, 
que ni mi sed aviva ni la mata, 
absorta luz, lucero ensimismado: 

tu cuerpo de sí mismo se desata 
y cae y se dispersa tu blancura 
y vuelves a ser agua y tierra oscura.


Claudia Lars

Te busca el hombre, terco y confundido,
¡sol que al ojo cobarde ha deslumbrado!
¡dardo de lo infinito que has herido
con punta de virtud mente y costado!

Sosteniendo el valor de su latido,
arrastrando su carne de pecado,
es ala de ansiedad, niño perdido,
queriendo conocer lo adivinado.

Y va, con soledad de espina y hielo,
buscando por el mundo y por el cielo
lo que en milagro le será ofrecido.

Y te vislumbra, intacto y silencioso,
resuelto en torbellinos sin reposo
y entre prismas de lágrimas erguido.

























Octavio Paz nació el 31 de marzo de 1914, durante la Revolución mexicana. Apenas pasados unos meses, al unirse su padre al movimiento zapatista junto con Antonio Díaz Soto y Gama, su madre le llevó a vivir a la casa del abuelo paterno, Ireneo Paz, en Mixcoac...Para saber más pulse aquí.

Margarita del Carmen Brannon Vega, conocida por su seudónimo Claudia Lars (Armenia, 20 de diciembre de 1899-San Salvador, 22 de julio de 1974), fue una poetisa salvadoreña. Su obra es considerada de un depurado lirismo y destaca por su dominio de la métrica...Para saber más pulse aquí.

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