Dime que me quieres, dímelo por Dios...

Dime que me quieres, dímelo por Dios,
aunque no lo sientas, aunque sea mentira,
pero dímelo.
Dímelo bajito,
se te hará más fácil decírmelo así,
y el te quiero tuyo será pa mis penas
lo mismo que lluvia de mayo y abril.
Ten misericordia de mi corazón.
Dime que me quieres, dímelo por Dios.

Te quiero más que a mi vía,
te quiero más que a mis ojos.
más que al aire que respiro
y más que a la mare mía.

Que se me paren el pulso si te dejo de querer,
que las campanas me doblen falto alguna vez.
Eres mi vía y mi muerte.
Te lo juro compañero,
No debía de quererte y sin embargo te quiero.
Vino amargo que no da alegría,
aunque me emborrache no la puedo olvidar,
porque la recuerdo dame vino amargo,
que amargue, que amargue, pa quererla más.

Esta pena mía
me está apuñalando de noche y de día.
Esta pena mía
si me encuentro solo me da compañía.
Si ve que estoy triste se vuelve alegría.
Si ve que me pierdo me sirve de guía.
Se que me atormenta y es una agonía,
pero estoy contento con la pena mía.

Rafael de León

Este poema lo hizo famoso Concha Márquez Piquer que lo cantaba de forma magistral.



























Rafael de León y Arias de Saavedra, VIII marqués del Valle de la Reina, VII marqués del Moscoso y IX conde de Gómara (Sevilla, 6 de febrero de 1908 - Madrid, 9 de diciembre de 1982), fue un poeta español de la Generación del 27 y autor de letras para copla, faceta esta última en la que se hizo famoso por haber formando parte del trío Quintero, León y Quiroga. Fue el letrista de algunas de las más célebres canciones populares españolas del siglo XX, como Tatuaje, Ojos verdes, A ciegas, A la lima y al limón ¡Ay pena, penita, pena!, María de la O, Con divisa verde y oro...Para saber mas pulse aquí.

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