Caminando hacia el abismo.-Capítulo 10.- Un accidente grave.-

Capítulo 10.-

Un accidente grave.-

Por la tarde tenía que salir más temprano de la oficina, estaba invitado a la boda de un buen amigo mío y me fui a casa a cambiarme de ropa.
Aparcando el coche vi a Pedro girando una esquina con una bolsa en la mano, parece que venía de mi casa y me quedé algo preocupado, estuve mirando en los cajones donde guardo la cubertería de plata y de la docena de cada cubierto faltaba uno de cada modelo, cuchara, tenedor y cuchillo, cucharillas de café y lazos de plata para las servilletas...

No sentí la pérdida de esos objetos, pero si me dolio muchisimo que me hubiera robado después de lo que intentaba hacer por el, pero en fín, me dije...te has sentenciado amigo porque no te lo voy a perdonar. Intenté olvidarme momentáneamente de el y disfrutar de la boda...pero antes fui a comprar una nueva cerradura y la puse en la puerta...

La cena después de la boda fué en unos jardines a las afuera de Sevilla, un hermoso restaurante con las mesas dispuestas en el jardín, un grupo de moda cantando y tocando instrumentos y un hermoso organo electronico, la verdad sonaba muy bien el grupo y yo disfruté de lo lindo comiendo y para remojar la copiosa comida, aproveché la barra libre con mi bebida favorita, balentain con hielo...es ese motivo por  lo que mi cuenta de coreo se llama balentain@...he tenido varios negocios de hostelería y es lo único que he bebido siempre.

Aunque tanto beber me iba a pasar factura esa noche, yo me fui en el coche del novio al convite, pero a la hora de volver ya de madrugada, lo vi tan borracho que le quite las llaves del coche para conducirlo yo, fue un error porque parece que un borracho siempre piensan que los demás lo están más...camino de Sevilla me quedé dormido en una curva y me empotré dentro de una zanja del lateral de la carretera...la borrachera se me pasó de golpe, el cinturón me hizo un verdugón en el pecho que me duro meses, pero lo más grave es que me parti dos radios de la mano izquierda que impactó contra el salpicadero y mi amiga que estaba detrás, saltó por encima nuestro rompiendo el parabrisas delantero...llegó la guardia civil y yo estaba más sobrio que el día de mi primera comunión, pero el novio seguía con una borrachera monumental y no paraba de tocar los uniformes de los agentes diciéndole lo bonitos que se veían con ellos...yo quería reírme pero si lo hago nos dejan encerrados a los dos...me dolía mucho la mano y me llevaron en el furgón hasta el hospital, allí me introdujeron una barra de platino para fijar el metacarpo y la primera falange...

Lo intentaron hacer solo con anestesia local, pero yo he sido muy miedoso para eso de pasar dolor y después de varias inyecciones locales, me tuvieron que anestesiar entero, yo veia a traves del monitor como entraba dentro de la mano. Por la mañana al despertar de la anestesia y quitarme todos los sensores que tenía por el pecho, me vestí y fui al mostrador de las enfermeras, me miraron como si vieran a un fantasma...¿que hace usted levantadoooo?, ...le dije que estaba bien y tenía que firmar un contrato en mi oficina, llamaron al médico de guardia que después de hacerme un chequeo rápido me dio el alta, me tomé un calmante para el dolor que me dieron y cuando llegué a la oficina estaba como nuevo, aunque lo más doloroso fue cuando me quitaron el clavo y comencé con la rehabilitación en Madrid que es donde me cogió en ese momento...pero no fue mi accidente más grave...

Cuando salí de la oficina esa tarde, al llegar a casa estaba Pedro en la puerta...le pregunte, ¿Que haces aqui?...es que no me abre mi llave y te estaba esperando...¿Recuerdas que te dije?, si vuelves a consumir, no te quería en mi casa y ayer te vi saliendo con una bolsa y al mirar en los cajones de los cubiertos, faltaban piezas, ¿que paso?...se me quedó mirando con los ojos como platos y un comienzo de negar la evidencia, lo corté en seco y le pedí que no me lo hiciera más difícil, por nuestra amistad Pedro, vete de aquí y mañana te vas a ver a la trabajadora social de Cáritas, le dices que vas de mi parte y que necesitas de nuevo ayuda, yo seguiré pendiente de ti y te ayudaré, pero solo cuando vea que tu te tomas este asunto en serio...

Sus lágrimas de cocodrilo de nuevo empezaban a hacer su aparición, yo abrí la puerta y la cerré de golpe...no quería permitir por muy amigo que fuera, que destrozara mi vida...mañana llamaría...

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Ángel Reyes Burgos

¿Quieres ser mi amigo?...

Cuantas veces os preguntaron en la vida, ¿quieres ser mi amigo?...
Quizás ninguna, porque esa franqueza solo se da en los niños, después cuando crecemos empezamos a blindarnos y todos nuestros actos lo sopesamos por culpa de esos palos que nos llevamos y la incredulidad que ponemos en las relaciones interpersonales.  

Fallamos continuamente por culpa de nuestro egoísmo, no le damos la suficiente importancia a los sentimientos ajenos, anteponemos nuestro yo a costa de las espinas que vamos repartiendo a lo largo de nuestra vida y terminamos por no creer en los demás, pero sobre todo, dejamos de creer en nosotros mismos. Se nos va instalando un muro invisible que nos separa y aísla y conforme vamos creciendo, nuestro muro es cada vez mas y más opaco, sin que podamos acceder a los sentimientos ajenos, sin darnos cuenta que ese muro esta fabricado por nosotros mismos.

La mayoría de las veces, esto sucede por que nos han dado algún palo que ha echo tambalearse la manera en la que sentíamos la amistad, nos vestimos con una armadura que creemos nos protege, perdemos esa frescura y espontaneidad con que afronta la vida esos pequeños monstruos de los que teníamos que aprender tantas cosas...

Que bonito seria de adulto poder tener la frescura de preguntar, ¿quieres ser mi amigo?... 
sin rodeos y sin miedo al rechazo, pero cuando una persona esta reflexionando con algo como esto, que mejor empezar por uno mismo y en lugar de aislarse en la calle mirando a las personas por encima del hombro, hacerle la pregunta, puede que te sorprenda la respuesta y si te dice que no, quédate con tu buena intención sin que te afecte y piensa en lo que el se ha perdido, por que la amistad, tiene que ser un regalo que la mayoría de las veces tenemos que ganarnos...pero siempre siempre, aceptarla como un regalo de la vida...

Ángel Reyes Burgos

Caminando hacia el abismo.-Capítulo 9.- Sospechas.-

Capítulo 9.-

Sospechas.-

A las dos de la tarde Pedro seguía durmiendo en el sofá, me puse a la faena de hacer la comida con mucho nerviosismo y preocupación, no pude terminar, fui a despertarlo y le espeté con crudeza, tu crees que estás en un hotel?, levántate y ayúdame con la comida...me miró como reprochándome mi enfado pero sin decir nada se levantó y entrando en la cocina me pregunta, ¿cómo puedo ayudarte?, y a continuación me dice que porque estoy enfadado.

Después de comer hablamos Pedro, ahora ayúdame a limpiar el pescado. Se quedó en silencio y me ayudó sin decir más nada, yo evitaba mirarlo y el se quedó como ausente, parecía que se hubiera levantado un muro entre nosotros...Comimos en silencio y cuando terminamos nos sentamos  a tomar un café y sin muchos rodeos le dije...Estoy preocupado por ti, tu comportamiento me hace sospechar que de nuevo estás consumiendo, ¿Como puedes estar durmiendo casi hasta las dos de la tarde con las cosas que tienes que hacer por ti mismo?...

Se me ocurrió suavizar la situación para que no se sintiera agobiado, pero sobre todo para darle tiempo a reflexionar y no me contestara con unas mentiras improvisadas...Aunque sin ganas sonreí, 
para decirle inmediatamente, ¿te acuerdas de esa vez que nos iba a llevar mi madre a los dos fuera de la casa cuna para ir a ver a una amiga?, no ängel, no se a que te refieres...
Mi madre nos tomó de la mano a los dos, en la escalinata estaba la superiora y cuando íbamos a coger el camino, yo me solté de la mano de mi madre y mirándola le dije, no, no, he yo solito...ha, ya, tu madre me contó eso muchas veces y como se reía a carcajadas la madre superiora y el cura que estaba con ella. Pues esta historia es para que recuerdes algo, Yo he solito siempre, porque jamás he contado con nadie para que me ayude en los malos momentos, pero tu me tienes a mi y parece que no valoras esa ayuda, pues lo mínimo que tenias que hacer es respetar lo que estoy haciendo por ti y sobre todo aprovechar esta oportunidad para rehacer tu vida...

Se me quedó mirando como si no supiera a qué me refería...se lo dije sin ´mas rodeo, tu comportamiento me hace pensar que sigues consumiendo drogas. ¿Pero que dices tio?,..no digas nada Pedro, antes de darte la oportunidad de mentirme te voy a preguntar, ¿Quieres venir conmigo a hacerte un doping?,...su rostro se ensombreció, sus lágrimas empezaron a asomar seguramente recordando lo que le dije antes de meterlo en mi casa...Pedro, el dia que compruebe que has consumido, no quiero echarte de casa, coge tu maleta y te vas....ahórrame ese dolor, tus lágrimas de drogadicto no me conmueven, os convertís en grandes actores del engaño...

Ängel, te juro que estoy limpio, desde que estoy en tu casa me he mantenido con la metadona sin necesitar para nada consumir drogas. Bueno, entonces no tienes inconveniente que vayamos a hacerte un dopaje. No tengo ninguno pero tiene que ser la próxima semana, porque esta tarde voy a una empresa a hacer una entrevista y mañana empiezo en un bar todo el dia.
No quise forzar la situación aunque se me estaba mintiendo y con esa excusa me quedé convencido de que seguía tomando drogas, generalmente los dopajes no registran el consumo pasado diez días y
para mi estaba claro que necesitaba ese tiempo para salir limpio, pero de donde el viene, yo ya he ido y vuelto cien veces, a mi no me puede engañar...

Por el momento di por zanjado el tema, con toda la preocupación con la que me había quedado.
Bueno Pedro, recordemos otros momentos más felices, aunque de esto que me estoy acordando no es precisamente feliz...toca mis brazos, verás lo fuerte que los tengo, ¿recuerdas por qué?...

Pero lo que te quería contar es si recuerdas lo del día que estábamos jugando con una pelota en el huerto?... no, seguro que tu sí porque tienes una madre que es un magnetófono, que te lo repite todo...comencé a reír y él me coreo las risas, anda cuéntamelo porque de todas formas no lo puedes evitar...me volví a reír y le dije, ese día tu tiraste la pelota y cayó entre las patas de un perro que estaba amarrado con una cadena a un árbol, no quisiste ir a cogerla porque te daba miedo, a mi siempre me gustaron los perros y yo decidí ir a por la pelota, pero no me limité a cogerla, me senté entre las patas delanteras del perro donde estaba la pelota y al ir a cogerla el perro de un bocado en la axila derecha me tumbó al suelo, el trabajador que estaba en la huerta le dió un grito y el perro me soltó, pero tenía tal desgarro en la piel, que la sangre manaba en abundancia, rápidamente me llevó a la enfermería donde me dieron unos puntos...me levanté la camisa y le enseñé otras de mis cicatrices de mi guerra infantil, coleccionaria otras más por accidentes y otras en la cabeza porque era una moda muy arraigada entre las monjas y las maestras...ya se sabe, la letra con sangre entra...

Pasamos un rato agradable hasta que a el le llegaba la hora para irse a esa entrevista y yo irme a la oficina, sin dejar de darle vueltas al asunto de Pedro, decidí que por la mañana temprano lo llevaría a hacerse un dopaje antes de ir a trabajar a ese supuesto bar...

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Amor en San Valentín, poema de amor.

Dos corazones contemplan 
lo mucho que yo te quiero,
como te abraza mi alma
allá distante en el cielo.

¿Sabes que estoy preparando?
el día de la amistad
y un san Valentin esperando
para amarte un año más.

Que eres mi sol y mi lucero
mi niña de mirada clara
eres el amor más sincero
que brilla en mi mirada.
Cuantos san Valentines gozando
de tu amor firme y sincero
cuanto deseo esperando
hay palpitando en el cielo.

Ve mi amor que estoy viviendo
en estos momentos de amor
la luz que vas desprendiendo
en mis ojos y corazón...

Mira esos dos corazones
que contemplan nuestro abrazo
que así yo quiero tenerte,
besándote muy despacio...





Caminando hacia el abismo.-Capitulo 15, El pequeño monstruo.

Capitulo 15.-
El pequeño monstruo.-


La primera vez que me llamaron `pequeño monstruo fue en la escuela Virgen de los Reyes, un internado de la Diputación de Sevilla, eran edificios que formaban parte del manicomio de miraflores, muy completo en sus instalaciones con campo de fútbol, piscina, voleibol, cancha de baloncesto, balón mano, como podía quejarme...bueno eso ocurrió una vez en la que viví la primera huelga de mi vida, cuando todos a una (200 niños), nos levantamos del comedor y vaciamos nuestros platos enteros por una comida que era incomestible, garbanzos con una especie de pitracos, (trozos de despojos),  nadando entre unos trompitos (garbanzos) duros como el acero... de mayor he pensado que era natural que no tuvieran para darnos de comer en condiciones si todo se lo habían gastado en el culto divino, con ese retablo de la capilla que era una obra maestra.
Pero el que no es feliz de niño, es que tiene algún problema y mi paso por ese otro internado de mayores en el que ingrese con doce años, fue una verdadera aventura que recuerdo con mucho cariño.

Mi profesor de física, el señor Valpuesta, era un hombre bonachón y francamente agradable, pero le cogí manía por que quería que estudiara y yo prefería dedicar el tiempo a jugar a balón cesto, decidí no estudiar su asignatura y me suspendía sin examinarme cada mes. Estuvo enfermo unos meses y cuando regreso, el profesor sustituto me había puesto ya tres notables. Por algún motivo, quise estudiar con el otro profesor con la intención de fastidiar a Valpuesta y demostrarle que sabia estudiar. El primer día de su clase después de su regreso, tomó mis notas y me dice...Pequeño monstruo, como es posible estas notas si es usted un verdadero becerro...

Me hizo repetir un examen para entender porque y le demostré que había estudiado en su ausencia, pero aún así, ya no dejó de decirme, pequeño monstruo...

Desde los nueve años que dejé la casa cuna, los pasé hasta mis doce con mi abuela en Linares como ya hice referencia, fueron unos años increíbles, en el patio de la casa había tres pilas grandes de lavar donde nos metíamos los primos a bañarnos, para apaciguar ese calor tórrido del verano andaluz.

El patio parecía una cooperativa familiar de carpintería, al fondo del patio se encontraban alineadas varias habitaciones convertidas en taller de carpintería, donde mi extensa plantilla de tíos se dedicaban al noble arte de hacer puertas y muebles para barnizarlas y a mi me daban la oportunidad de sacarme unos céntimos tirando de la sierra de mano o llevando cosas terminadas en un carrillo de mano a algún cliente que mostraban su gratitud con mis primeras monedas ganadas con el sudor de mi frente, yo me sentía un hombre de provecho con nueve años...

Lo mejor estaba por llegar cuando inmediatamente me hice de muchos amigos a través del colegio de Doña Carmen donde me inscribió mi tía Anita, intentando quitarme de la calle para que no rompiera en mis correrías cada semana un par de sandalias.

Enseguida me dí cuenta, que lo de estar en la carpintería era una mina...escribiendo este libro a veces he pensado que no soy precisamente el Cid Campeador y que mi historia no le iba a interesar a nadie,
pero es así como me sentía en esa época. La carpintería me proporcionó los escudos echos con los fondos redondos de contrachapado de las sillas que mis tíos arreglaban y los restos de palos las espada con las que armar a mis caballeros en esas luchas que provocamos en plena calle contra otros barrios... en tres ocasiones vino a mi casa la pareja de la guardia civil de Linares por culpa de algunas quejas, yo después de una batalla, me retiraba discretamente a casa de un amigo hasta la noche en la que la benemérita me dejaba de buscar y el asunto se olvidaba...cuando llegaba en la noche, mi tía Anita se me quedaba mirando y moviendo la cabeza...hay sevillano, ¿que voy a hacer contigo?, pues tita, dame chorizo frito que traigo mucha hambre, me freía dos o tres chorizos grande en mucho aceite que me comía con mucho pan y dormía como un jabato amamantado...

Pero una de las cosas más alucinante fue el conocer allí a muchas de mis primas, todas me parecían preciosas y me encantaba estar con ellas, pero mi corazón empezó a latir mas deprisa el día que vi pasar delante de mi casa a una hermosura de ocho años que después supe se llamaba Isabel, hermana de uno de los capitanes de mi ejercito y a partir de ese momento de mi Dulcinea del Toboso...
Ahora escribiendo estos recuerdos me digo, que pronto se me pasó los sofocos de la despedida de mi anterior Julieta... pero así he sido toda mi vida, un burlador de Sevilla...empedernido enamorado...

Corre una anécdota entre mi familia de Linares que no falta en cualquier reunión, hace ya más de cincuenta años, pero en una conversación telefónica con mi primo Juan Jose, que lo llamábamos Juancucú, solo hace unos días que me pregunto si ya había salido de los sólidos, líquidos y gaseosas...
en referencia a que me pasé todo un trimestre repitiendo por la casa los estados de la materia, sólidos, líquidos y gaseosos y no conseguía metermelo en la mollera...

Que tiempo mas felices, a veces pienso que me hubiera gustado no hacerme adulto y tener ahora que pasar por la tristeza que se apodera de mi alma cuando pienso en Pedro y sus circunstancias, pero en la vida hay que saber coger las rosas sin pincharte con sus espinas...

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Ángel Reyes Burgos
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