Inventaré un lugar para ti,
un Reino etéreo donde nada te roce,
donde nadie intente tocarte...
Inventaré un reino donde todo sea suavidad,
donde todo sea fantasía,
en el que camines entre ilusiones inhallables,
entre mis caricias y mis besos...
Inventaré un trono celestial para ti,
donde el viento sea brisa fresca,
pero nunca huracán,
donde el mar sea espuma nívea
y jamás tempestad...
Inventaré, mujer, un lugar para tu ternura,
para protegerte de alguna textura
siquiera un poco más áspera
que la de un pétalo de rosa...
Ya inventé ese lugar, amada mía,
y verás que no está tan lejano...
bastará con que toques mi corazón
para llegar a él...!
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