Quiero que me leas desnuda

Léeme desnuda, como desnuda están las palabras de mi alma,
todas esas que escribo para ti, en versos o prosas, letras encantadas
rimas primorosas, algunas son perlas de belleza hermosa...

Todas ellas, llevan el fuego de mi pasión, todas y cada una salidas
de lo más profundo de mi corazón, fuego de amor fundido en el mismo sol
que desnuda quiero que leas, para mitigar tu calor...

No necesitas de abrigos cuando a mi me leas, quiero que sientas conmigo
el calor de esa hoguera, que entre suspiros y gemidos a tu corazón altera.

Quiero que dejes vestida, de desnudez tu cuerpo, me leas despacio,
me leas en silencio, que cada poro de tu piel respire mi espacio,
y que sin espacio se quede, tu cuerpo en mi cuerpo...


Cicatrices



Aquí todo mi amor, y el alma mía;
en medio de los dos, un beso amargo,
con una herida abierta, y sin embargo,
el corazón me late todavía .

La esencia que gozara de energía
parece entrar de lleno en un letargo,
donde los sueños hoy pasan de largo
susurrando una triste melodía.

Aquí el fuego, y aquí tan solo frío ,
en medio de una sórdida mirada,
y colores de todos los matices.

El presente, patético y sombrío,
seguirá en su lugar sin decir nada,
intentando aliviar mis cicatrices.

Fotografia y poema 
Ramon Bonachi

Las cicatrices del alma

¿Cuantas cicatrices tenemos en el alma?...
A lo largo de nuestra vida acumulamos tantas que tendríamos que estar inmunizados contra el dolor, pero no es así, podemos soportar bien el dolor físico del cuerpo, pero el que nos produce la gente que queremos, es tan insoportable que nunca nos acostumbramos a el. 

Con los años intentamos vestirnos con la armadura que nos proteja de las heridas que se nos va acumulando, sea producto de la insensibilidad de los demás o provocada por nuestros propios errores que hace que los demás se vayan apartando progresivamente de nuestro lado y nos provoque ese estado de soledad y aislamiento en el que nos sumergimos...

Lo peor es cuando intentamos descargarnos de nuestra propia culpa...pero esta claro que si sentimos ese dolor, es por que somos unas personas sensibles y sufrimos con las situaciones  que intentamos comprender sin conseguirlo...

En otras reflexiones hice alusión a que cuando pasamos por una situación dolorosa, hay que pasar pagina y cerrar esa puerta definitivamente para que no lastre nuestra vida y arrastremos ese peso tan pesado que es el sentido de culpabilidad, pero es más fácil decirlo que hacerlo, cuando uno cree que lo ha conseguido, algo pasa en tu entorno que te hace de nuevo revivir esos errores que parecen perseguirte eternamente a lo largo de los años.

A veces pienso en que tendríamos que tener la armadura de Dios, esa que pudiera protegernos de nosotros mismos y de nuestros recuerdos y pesadillas más dolorosa y dejarle a el la tarea de que  sufra en su propia armadura los aguijonazos que nos regala la vida...pero solo a veces pues cada uno somos especiales por todas nuestras experiencias buenas o malas y los errores son los que más nos enriquecen por mucho que nos duela...

Hoy salto la reja

Quiero ser de tu belleza
la flor que adorna tus plantas
y cantarle a tu nobleza
hasta quebrar mi garganta.

Quiero ser romero y flor
que viva en tu sombrero
y allí los rayos de sol
nos transporte al mismo cielo.

Quiero bailar sevillanas
al son de los tamboriles
y brindar con manzanilla
hasta que el día termine.

Yo quiero este año sentirte
virgencita del Rocío
y en tu corazón rendirte
mi corazón dolorido.

Y entregarte tres tesoros
que en mi pecho siempre arde
tres hijos que son luceros
para que tu me los guarde.

Si al menos yo consiguiera
este ultimo deseo
morir a tu lado quisiera
convertido en buen romero.















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