Al poeta Pedro Soto de Rojas


Poco después que su cristal dilata,
Orla el Dauro los márgenes de un Soto,
Cuyas plantas Genil besa devoto,
Genil, que de las nieves se desata.

Sus corrientes por él cada cual trata
Las escuche el Antípoda remoto,
Y el culto seno de sus minas roto,
Oro al Dauro le preste, al Genil plata.

Él, pues, de rojas flores coronado,
Nobles en nuestra España por ser Rojas,
Como bellas al mundo por ser flores,

Con rayos dulces mil de Sol templado
Al mirto peina, y al laurel las hojas,
Monte de musas ya, jardín de amores.

Su vida estuvo llena de penurias y le costó publicar sus obras, pero sus versos le hicieron inmortal gracias a la reivindicación de su figura siglos después de su muerte. (Gongora)

En sus poesías se solían distinguir dos períodos. En el tradicional hace uso de los metros cortos y temas ligeros. Para ello usaba décimas, romances, letrillas, etc. Este período duró hasta 1610, en que cambió para volverse culterano, haciendo uso de metáforas difíciles, muchas alusiones mitológicas, cultismos, hipérbatos, etc., pero Dámaso Alonso demostró que estas dificultades estaban ya presentes en su primera época y que la segunda es una intensificación de estos recursos realizada por motivos estéticos...Para saber más pulse aquí.

Entre olvidos


A veces el olvido puede llegar a ser
más frecuente de lo que imaginamos,
nosotros mismos queriendo o sin querer,
olvidamos amar lo que tanto amamos.

Olvida aquel árbol ya anciano florecer,
olvida su hogar un pájaro y se extravía;
una pasión olvidada ya no puede arder
o alguien ha olvidado que arde todavía.

Se olvida un nombre por algún motivo,
se da un abrazo tardío en caso de luto;
sin olvido el morir nunca es definitivo,
pero si acaso te olvidan… ya es absoluto.

Se olvida en ocasiones un cumpleaños,
olvidamos un lugar al que íbamos antes;
él y ella se miran como unos extraños
porque ambos olvidaron que eran amantes.

Muere un perro de tristeza en el olvido
y una flor en un jardín que olvidado existe.
Olvidas la letra de un poema que has leído
y ya no recuerdas a ningún poeta triste.

No te acuerdas de Dios ni tus manos juntas,
pero si un día lo necesitas sí… así es la vida.
Y a veces por olvidar con miedo te preguntas
si el propio Dios aun siendo Dios también olvida.

Poema original de Álvaro Márquez


Cuando yo te encuentro enferma

Cuando yo te encuentro enferma
mi alegria desaparece
y no hay en la tierra manera
de huir de mis pesares.

El alma se me congela
la tristeza me atenaza
y los quejidos se me quedan
dentro muy dentro del alma.

No quiero saber que estas lejos
cuando enferma tu te encuentres
prefiero estar en tu lecho
acariciando tus sienes.

Quiero que te pongas buena
crayolita de mi vida
y que mi alma serena
curen todas tus heridas.



Deseos

 
Quieren calladamente mis deseos
fundirse con los tuyos,sin más brío ,
que aquel que de calor y no este frío 
helado  con dudosos titubeos .

Quieren estas mis ansias y jadeos
llenar cualquier lugar, cualquier vacío
que exista  entre el agrado y el hastío
de este amor que no entiende de rodeos.

Quieren esos deseos tan callados 
huir de este silencio que tortura ,
rompiendo con caricias las mañanas 

Quieren verse en tus ojos reflejados
alcanzarte de lleno y sin mesura 
para luego morirse en ti, de ganas.

Fotografía y poema: Ramón Bonachí.

Hueles a hembra


Hueles a hembra cálida y jugosa,
al rocío que besa a la amapola,
a suspiro de rosa enamorada
a la hierba bañada por la aurora.

Hueles a hogaza tierna y horneada,
a rescoldo de leña, a primavera
al trigo que se dora en los sembrados
a la menta que crece en las riberas.

Hueles al tibio perfume de tus ingles,
al aroma animal de tus axilas
a la flor que palpita entre tus muslos
y se baña en el néctar que destila.

Cuando hundo mi rostro entre tus pechos,
y me lleno los labios de ambrosias,
sé que ya estoy perdido y me someto
al sagrado placer de tus caricias.


Bendito sea el año, Petrarca


Bendito sea el año, el punto, el día,
la estación, el lugar, el mes, la hora
y el país, en el cual su encantadora
mirada encadenose al alma mía.

Bendita la dulcísima porfía
de entregarme a ese amor que en mi alma mora,
y el arco y las saetas, de que ahora
las llagas siento abiertas todavía.

Benditas las palabras con que canto
el nombre de mi amada; y mi tormento,
mis ansias, mis suspiros y mi llanto.

Y benditos mis versos y mi arte
pues la ensalzan, y, en fin, mi pensamiento,
puesto que ella tan sólo lo comparte.

Petrarca representa el amor como una bendición que transforma la vida y la hace manantial inagotable. Para el poeta, el amor es gracia de la que brota todo arte y toda belleza, y se condensa en el nombre de la persona amada.


El Descubrimiento de América


El Descubrimiento de América en 1492 fue trascendental y el 12 de octubre se ha considerado como un día memorable porque a partir de entonces se inició el contacto entre Europa y América, que culminó con el llamado «encuentro de dos mundos», que transforma las visiones del mundo y las vidas tanto de europeos como de americanos, ya que debido a sus descubrimientos se gesta la colonización europea de América. Sin embargo, el 12 de octubre de 1492 no se reveló la existencia de América. Cristóbal Colón siempre creyó que había llegado a las Indias sin sospechar que se había topado con el continente americano. Después de Colón, se organizaron otros viajes financiados por la Corona española, como los de Núñez de Balboa que cruzó a pie el istmo de Panamá y encontró el océano Pacífico (1513); y el de Francisco Hernández de Córdoba (1517) y Juan de Grijalva (1518) que recorrieron las costas mexicanas. El florentino Américo Vespucio (1451-1512), al que el rey Fernando el Católico concede carta de ciudadanía castellana en Toro el 24 de abril de 1505, recorrió la costa norte de América del Sur, los litorales de Brasil y el sur de la Patagonia, y se le considera el primer europeo en comprender y anunciar que esas tierras eran en realidad un nuevo continente; por este motivo, el cartógrafo Martin Waldseemüller les dio en su mapa de 1507 el nombre de América, que se usa desde entonces.

El 23 de septiembre de 1892, la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena promulgó un Real Decreto en San Sebastián, a propuesta del presidente Antonio Cánovas del Castillo, en el que se declaraba fiesta nacional el 12 de octubre de 1892, en conmemoración del Descubrimiento de América.6​ Dicho Real Decreto fue firmado por la reina regente en nombre de su hijo Alfonso XIII y en presencia del presidente del Consejo de Ministros el 12 de octubre de 1892 en el Monasterio de La Rábida, con motivo de su visita a Huelva, Palos de la Frontera y Moguer para la celebración de los actos del IV centenario del descubrimiento de América.

https://es.wikipedia.org/wiki/Fiesta_Nacional_de_Espa%C3%B1a

De dentro a fuera


Mientras quemo el fulgor que he disfrutado,
el mismo que pasó fugaz y airoso,
deshojo mi presente, cual precioso
momento que proviene del pasado.

El calor recibido está guardado,
tal vez por ser también lo más valioso;
del negro más oscuro y tenebroso
he sido muchas veces rescatado.

Añoro la ceguera encantadora 
que sufrían mis ojos. Quien pudiera
volver a ver el sol de ayer,…ahora.

Sin esa claridad, de dentro a fuera,
el silencio tortuoso que en mi mora
despierta toda ausencia traicionera.

Al sol que me dio vida 



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