Mientras quemo el fulgor que he disfrutado,
el mismo que pasó fugaz y airoso,
deshojo mi presente, cual precioso
momento que proviene del pasado.
El calor recibido está guardado,
tal vez por ser también lo más valioso;
del negro más oscuro y tenebroso
he sido muchas veces rescatado.
Añoro la ceguera encantadora
que sufrían mis ojos. Quien pudiera
volver a ver el sol de ayer,…ahora.
Sin esa claridad, de dentro a fuera,
el silencio tortuoso que en mi mora
despierta toda ausencia traicionera.
Al sol que me dio vida
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