Experimento letal...relato de ciencia ficción y terror.


El cuatro de octubre de 2019, D, Manuel Ferreiro se encontraba como cada mañana en el sótano de su casa, donde se había echo construir un laboratorio con todas las medidas de seguridad. Trabajaba en un proyecto desde hacia cuatro años con el que esperaba sorprender a la comunidad científica...

Doctorado en biología molecular y biotecnología, se especializó en la emergente ciencia de la nanotecnología con el objetivo de crear nanorobot autorreplicantes que acabaran consumiendo toda la materia biológica que contaminaba el planeta. Las aplicaciones podían ser muchas, pero el tenia una especifica en mente...

Desde que estudió medicina, se preocupó por la contaminación que se podía producir en los hospitales con los desechos humanos de las operaciones y se preocupó de pensar siempre en como neutralizar esa amenaza, pero no fue hasta el 2015 después de terminar un máster en nanotecnologia y nanorrobotica, que se puso en serio a investigar sobre la producción y desarrollo de esos pequeños monstruos del tamaño a veces de una sola molécula que podían trabajar con átomos individuales... 

El peligro de hacerlos autorreplicantes era muy serio, si no se hacia en un medio totalmente controlado, donde en cualquier momento, se pudiera paralizar el proceso para evitar una contaminación catastrófica.

Estaba mirando a través del microscopio en un portaobjeto, la evolución de unos nanobot del tamaño aproximado de un espermatozoide y que como ellos, se movían mediante el flagelo, sonreía por su éxito y pasó a la siguiente fase donde comprobaría la efectividad de su experimento.

Tomó varias gotas del liquido que contenía miles de millones de nanobot y los depositó en un tubo de ensayo para extraerle toda la humedad y convertirlo en polvo...cuando estaba totalmente deshidratado, 
solo quedó en el fondo una pequeña película de polvo blanco. Guardó el tubo de ensayo dentro de otro tubo metálico de seguridad y  lo metió en su maletín para llevarlo a la facultad.

Al salir de su casa, dos drogadictos le pidieron dinero y en vista de su negativa, le golpearon y le arrancaron el maletín de las manos, medio inconsciente en el suelo, llamó a la policía y se desmayó...
Al abrir el tubo los delincuentes, pensaron que ese polvo blanco seria una droga y la esnifaron...

En menos de cinco minutos empezaron a fallarle los pulmones, sus cerebros comenzaron a embotarse y antes de perder el conocimiento, uno de ellos estampó el pequeño frasco de cristal contra el suelo mientras decía, maldita sea que coño es esto...
Los pequeños asesinos hicieron bien su trabajo consumiendo todo el material biológico de esos desgraciados, multiplicándose a un ritmo de cien millones por segundo hasta que solo quedó una mancha de polvo sobre el asfalto que con las pequeñas brisas ascendían hacia la atmósfera...

Don Manuel se despertó en la unidad de cuidados intensivos donde estaba monitoreado por una fractura de cráneo, nadie respondía al timbre que con insistencia tocaba para que lo atendieran y se desconectó de los aparatos saliendo al pasillo, un horror se manifestó en sus ojos al ver esas manchas de polvo blanco sobre el suelo, miró por la ventana y en la calle solo había manchas blancas con siluetas humanas. 
Empezó a sentir como le fallaban los pulmones y sabia que no estaba muerto aún por encontrarse con la mascarilla de oxigeno de la unidad de cuidados intensivo, pero sus minutos estaban contados...

Para los que no sepan nada de esta ciencia de la nanotecnologia, les dejo con este enlace que les introducirá en ese fascinante y peligroso mundo, pues aunque esto que escribo es de ficción, si se experimenta con estos nanorobot autorreplicante, la posibilidad de que algo así suceda es muy real...


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