Poesía Hindú...

Aunque no lo parezca, esto son relieves de un templo sagrado de la India, cargado de sexualidad.
Recuerdos

A un costado de la cama
el nudo se deshizo por sí mismo
y apenas sostenido por un hilo
el vestido se deslizó hasta la cintura.

Amiga, es todo lo que estaba en sus brazos
y no logro recordar quién era quién
ni qué o cómo lo hicimos...

Cuando me hubo quitado la ropa
incapaz de esconder mi seno con los brazos,
me aferré a su pecho para cubrirme.

Cuando su mano se deslizó  a mis caderas
qué iba a salvarme, hundida en un mar de vergüenza, sino el dios de amor que nos 

Capaz de mentiras atroces, mi amado
de noche junto a mí se tiende
en un sueño que parece realidad.
Desperté, aún engañada,
y acaricié mi lecho pensando en él.

Es terrible. Adelgazo de soledad
como un lirio roído por escarabajos...
Cuando tus primeros besos
escribieron mudos mi nombre,
sobre mi cuerpo, en quietud,
el silencio comienza a cantar.
cuando te despojas de tus ropajes.
solo para mi...

Vestida le perteneces al mundo
Uno de estos días haré añicos
a ese mundo...

Esta noche no te libras...

Esta noche no te libras
cuando te tenga en la cama
de llenarte de caricias
que hagan temblar tu alma.

Ya cuando mis dedos vuelen
por los surcos de tu espalda
ya verás como tu sientes
la dicha en mi boca amada.

Que cuando tus labios tengo
mientras mis brazos te abrazan
cien soles de sentimientos
encienden más tu mirada.
No quiero que pase el tiempo
ni que llegue la alborada
quiero morir de ese tormento
entre tus muslos, mi amada.

Quiero que la luna llegue
que el sol se retire a dormir
y que en tu cuerpo me quede
para sentirme morir.

Esta noche no te libras
quiero que tu piel se queme
y antes de que llegue el día
sientas tambores en tus sienes.
















Esta noche crayolita

Góngora, sonetos...

De pura honestidad templo sagrado, 
Cuyo bello cimiento y gentil muro 
De blanco nácar y alabastro duro 
Fue por divina mano fabricado;

Pequeña puerta de coral preciado, 
Claras lumbreras de mirar seguro, 
Que a la esmeralda fina el verde puro 
Habéis para viriles usurpado;

Soberbio techo, cuyas cimbrias de oro 
Al claro sol, en cuanto en torno gira, 
Ornan de luz, coronan de belleza;

Ídolo bello, a quien humilde adoro, 
Oye piadoso al que por ti suspira, 
Tus himnos canta, y tus virtudes reza.
Sobre dos urnas de cristal labradas, 
De vidrio en pedestales sostenidas, 
Llorando está dos ninfas ya sin vidas, 
El Betis en sus húmidas moradas,

Tanto por su hermosura dél amadas, 
Que, aunque las demás ninfas doloridas 
Se muestran, de su tierno fin sentidas, 
Él, derramando lágrimas cansadas:

«Almas», les dice, «vuestro vuelo santo 
Seguir pienso hasta aquesos sacros nidos, 
Do el bien se goza sin temer contrario;

Que, vista esa belleza y mi gran llanto, 
Por el cielo seremos convertidos, 
En Géminis vosotras, yo en Acuario».



















Se suele agrupar su poesía en dos bloques, poemas menores y mayores, correspondientes más o menos a dos etapas poéticas sucesivas. En su juventud, Góngora compuso numerosos romances, de inspiración literaria, como el de Angélica y Medoro, de cautivos, de tema pícaro o de tono más personal y lírico...Para saber más pulse aquí...
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