RECUÉRDAME


Recuérdame cuando mires el mar...
en los días de lluvia...
en las tardes otoñales...

Recuérdame cuando en la noche
mires las estrellas...
Cuando escuches aquella canción
que nos unió...

Piensa en mí cuando
en las tardes camines
por la orilla del mar
con los pies descalzos...

Cuando contemples las gardenias
y te envuelvan en su perfume.
Acuérdate de mí...

Recuérdame cuando camines
por cualquier parque
y las hojas de los árboles
cambien su color...

Cuando mires las aguas
de cualquier arroyuelo
tú me recordarás...

Si te sientes alegre
cuando te sientas solo...
Cuando la luna llena
te envuelva en su misterio...
Te acordarás de mí...

Marta Monzón

Gabriela Mistra-HAY BESOS...


Hay besos que pronuncian por si solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles,
hay besos enigmáticos, sinceros,
hay besos que se dan solo las almas,
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie a descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.



Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tu los conoces bien, son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lagrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios?
te suspendí en mis brazos... vibro un beso,
y ¿que viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñe a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.


Gabriela Mistral
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