Ya hasta el jueves no sale
y no cabe un suspiro en la calle
porque quieren ver a su virgen
aunque en la iglesia no caben.
Pero quieren su cercanía
para empezar a rezarle
y quitarse la agonía
de un año lleno de males.
Macarena, deja caer esa lágrima
sobre mis ojos llorosos
y curame de las tristezas
y mis dolores en el rostro.
Tu no eras solo mi Virgen
en ese barrio glorioso
de la Macarena que vive
bajo el manto de tus ojos.
Ya estoy contando las horas
para verte a ti salir
y con guapa, guapa, y guapa
me puedas ya bendecir.
Y te seguiré en las calles
por la carrera oficial
con lágrimas entre varales
que no volveré a olvidar.