Hoy lloro...

Hoy lloro y llorando queda
mi alma de puro gozo
de sentir que estoy amando
ese cuerpo tan hermoso
y cierro los ojos soñando
estos sueños milagrosos.

No quiero que llegue el alba
que quiero seguir sintiendo
las caricias de tus manos
el perfume de tu pelo
y besar de tramo en tramo
tus pechos de caramelo.

Hoy llora y llorando queda
de felicidad mi alma
por tenerte junto a mi
y sientas como te ama
al estar dentro de ti
del cuerpo mi ardiente rama.

Ángel Reyes Burgos

Quiero enroscarme en tu cuerpo...

Quiero enroscarme en tu cuerpo
con cien lenguas de este fuego
que acaricien tu piel hermosa
cuando conmigo te tengo
y que tu cuerpo sea mi presa
desde los pies a tu pelo...

Quiero así poder gozar
de tus poros que sedientos
hacen a mis poros temblar
de locura y sentimientos
y en tus curvas he de volar
con alas de puro fuego.

Quiero tenerte fundida
con las llamas del deseo
quiero verte sumergida
temblando mi amor de gozo
quiero que sucumba mi amada
la miel de tus labios hermosos.

Quiero que quieras tener
con mis lenguas cien caricias
que tu bajo vientre se moje
de tus mieles y tus delicias,
así yo quiero tenerte
y amarte lento y sin prisas.

Ángel Reyes Burgos

Dile que sí...

Ya que no pudiste quererme como yo lo hice,
ya que no sientes nada de amor por mí,
anda complácelo, dile a él al fin que sí
y quiérelo tanto como yo te quise.

Hazlo antes de que yo venga otra vez y pise
las rosas de tu jardín que ya no son mías,
desde el principio supe que tú no me querías
y él también lo sabe, pero nunca lo dice.

Anda, dile que sí; él y tú forman una buena yunta;
nuestro adiós es una palabra solamente.
Dile que sí y podrás quererlo eternamente
y a mí no volverás a verme nunca.

Quiérelo mucho y olvida que me viste,
sé que para ti será fácil olvidarme;
yo en cambio tendré que resignarme
a vivir con tu recuerdo solo y triste.

Por eso te dejo, voy a alejarme,
aunque al pensar en ti sabré que existes;
yo sé que tú no vas a recordarme,
mi partida ha de devolverte la calma...
Y yo me iré con lágrimas en el alma
del dolor de saber ¡que nunca me quisiste!

EROS