¿Sera que me volví loco?...

Entre la hiedra del campo
retoza como una diosa
mujer de cuerpo divino
suave y de piel hermosa.

Vestida tiene su alma
de sueños apasionado
desnudo su hermoso cuerpo
esperando ser gozado.

¿Sera que me volví loco?...
¿sera que estoy alucinando?...
si con los ojos abiertos
parece que estoy soñando.

Rozo con suaves caricias
esa piel de terciopelo
y fabrico corazones
con las trenzas de su pelo.

Mis labios se hacen pinceles
dibujando besos ardientes
desde el sur a las planicies
desde sus pechos a su frente.

¿Sera que me volví loco?...
¿será que estoy alucinando?...
si con los ojos cerrados
la veo y la estoy amando
y  el mismo sol se retira
para que siga soñando...


Un alegre funeral

Los funerales nunca son alegres, pero el de este 2020 va a ser para todos una gran fiesta, porque enterrar este nefasto año será para muchos dejar atrás una pesadilla a la que a esta pandemia arrebató a seres queridos y a muchos amigos cambiando nuestras vidas.

Maldito dos mil veinte
entre otros años malditos
tú fuiste semáforo verde
al sufrimiento infinito.

Llegaste sin avisar
y entre sofocos ahogados
al hospital me has llevado
para no salir jamás...

¿Cómo quieres que te quiera?
voy a enterrarte bailando
y espero pronto te pudras
mientras yo sigo gozando.

Autor:  

1.717.055 de muertos, ¿feliz navidad?


Con la cifra de muertos cabalgando hacia los dos millones de personas, este año me resulta muy difícil desear una Feliz Navidad, pero es lo que deseo para todos desde lo más profundo de mi alma...

Lo más importante es no dejarse llevar por esta situación en la que nos encontramos y tener la convicción de que esta situación va a desembocar en una situación más amable para todos. No es la primera vez que la humanidad ha pasado por graves pandemias y la hemos superado, no tenemos motivos para pensar que en esta ocasión va a ser diferente, solo tenemos que tomarnos la situación con fe y la esperanza de que pronto todo esto se va a normalizar si nosotros ponemos de nuestra parte para evitar los contagios...

Esta en nosotros el ayudarnos mutuamente para frenar esta situación para que mas pronto que tarde, regresemos a la normalidad con una vida plena y feliz...Este es mi mas ferviente deseo para todos con la esperanza de saber que la tranquilidad está por llegar pronto a nuestras vidas...

Autor:  

Justino Andrade, historia


Conocí a don Justino Andrade cuando él bordeaba sus floridos ochenta años y yo fatigaba mis treinta, enredada entre los turnos de un marido taxista y el infierno de tres hijos varones. Frente a mi casa había entonces una pensión: La Dorotea, chica, modesta. La dueña era doña Amparo, una española viuda y sin hijos. Mujer de mucho temple, gran cocinera, quien con la ayuda de una empleada mantenía la pensión como un jaspe. Y allí llegó un día don Justino. Un día de invierno frío y seco.

Lo vi en una de mis corridas al almacén entre el desayuno y el almuerzo. Lo recuerdo entrando a La Dorotea. Vestía un gastado sobretodo gris, sombrero negro y un poncho blanco y celeste terciado al hombro. Como único equipaje traía una pequeña valija. Lo vi y lo olvidé en el acto. Un día, sin embargo, comencé a fijarme en él. Pese a lo crudo del invierno, solía sentarse mañana y tarde en la vereda de su pensión armando sin apuro su cigarro y con el amargo siempre ensillado. Puse atención en él, pues vi que siempre me observaba en mis idas y venidas. Una mañana cruzó.
Buen día doña.
Buen día.
No se mate tanto m’hija. Vive la vida disparando pues. Pare un poco. ¿Pa’qué corre tanto?
Yo barría la vereda. Detuve la escoba para contestarle un disparate y me encontré con sus ojos sinceros, su mano callosa sosteniendo el mate y le contesté:
Qué más remedio don. Si no corro no me da el tiempo.
¿Y pa’que quiere que el tiempo le dé? Lo que no se hace hoy se hará mañana.

Desde ese día fuimos amigos. Me gustaba llamarlo después de almorzar. Nos sentábamos en la cocina. Él traía el amargo. Yo tomaba un café y conversábamos. Se sentaba junto a la ventana apoyado en la mesa. Miraba hacia afuera fumando pausadamente y me contaba historias.

Había nacido en una estancia de Santa Bernardina a fines del siglo diecinueve. Hijo de la cocinera, nunca supo si su padre fue el estanciero o el capataz. No se lo dijeron y él no preguntó. Apenas cumplidos los catorce años se unió a una tropa de insurgentes. Vivió a campo y cielo. Peleando en guerrillas internas. Fue herido de sable en el combate de Illescas, durante la guerra civil de 1904. Fue su última patriada

Enfermo y debilitado, consumido por alta fiebre, acompañó a su General hasta el arroyo Cordobés cuando éste se dirigía hacia Melo. No volvió a guerrear. Se estableció en La Amarilla hasta restablecer su quebrantada salud. Allí vivió cerca de la casa que en los tiempos heroicos habitara Doña Cayetana María Leguizamón, una paraguaya apodada La Guaireña, que según se dice fue amante de Rivera.

Me contó del dolor que lo aguijoneó cuando en enero del 21 vio pasar por Durazno, rumbo a Montevideo, el tren expreso que transportaba desde Rivera los restos de su General. Don Justino me contó su vida con simpleza. Como un cuento. Me dijo que nunca se casó, pero que creía tener tres o cuatro hijos por ahí. Hurgando en sus recuerdos me confesó que sólo una vez, se había enamorado de verdad. Pero que había mirado muy alto. Ella era la esposa de un hacendado. Una muchacha joven y muy bonita casada con un portugués viudo y con hijos.

Una primavera antes de terminar la zafra, ensilló su tordillo y se fue. Le faltaron agallas para pelearla y llevársela con él. No se arrepintió. No hubiese soportado vivir preso de una mujer. Él necesitaba el aire, el viento en la cara, el sol por los caminos, y el andar de pago en pago llevando la luna de compañera. No fue hombre de quedarse en ninguna parte. Fue domador y guitarrero. Anduvo esquilando por el Norte del país, solo o en comparsas. Diestro con la taba y muy enamorado. Andariego. Por eso no tenía historia propia. Ni familia. Ni amigos. Sólo anécdotas, historias de otros. Recuerdos. Y su visión de la vida, su filosofía aprendida de tanto andar y de tanto vivir. Casi iletrado, de espíritu rebelde, reaccionando siempre ante la injusticia social, fue don Justino un soñador de ideas avanzadas que muchos siguen soñando. En aquellas tardes de café y amargo descubrí en don Justino a un hombre íntegro, sincero hasta la exageración, simple y sabio.

Aprendí de él a darle otro ritmo a mi vida. A tomarme mi tiempo. A creer en mí. Y a saber que yo puedo. Se hizo amigo de mi esposo con quien compartía amargos y truco. Mis hijos lo aceptaron como de la familia, pero él nunca se entregó. Pese a que nosotros le brindamos toda nuestra amistad y cariño, don Justino conservó siempre cierta distancia. Y los años se fueron sucediendo entre problemas, tristezas y alegrías.

Había pasado largamente los ochenta y pico cuando un invierno se despidió de mí; varias veces me comentó el deseo de terminar sus días en sus pagos del Durazno. Deseché la idea de convencerlo de lo contrario. De todos modos, no me hubiese hecho caso. Y una tarde cruzó por última vez. No se despidió de nadie. Solo doña Amparo lo acompañó hasta la puerta de la pensión. Sentados en mi cocina y teniendo tanto de qué hablar, compartimos los últimos amargos en silencio.

La tarde empezó a escaparse por las rendijas. Él armó lentamente su cigarro, lo aspiró despacio. Por entre el humo miré su rostro cansado. Apretó mi mano con fuerza. Yo lo abracé y lo besé por primera y última vez. Como a mi padre, como a un amigo. Se fue con su sobretodo gris y su poncho blanco y celeste. Me dejó el regalo de haberlo conocido.
Supimos que murió en el tren antes de llegar a su pueblo.
Murió como vivió: andando.

Ada Vega, edición 2000  http://adavega1936.blogspot.com/

Mis sueños y tú...

Puede ser que tantos sueños
de sueños llene mi vida
cuando en mi pecho yo tengo
tu cuerpo de llama viva...

Y en sueños yo me transmuto
en cuerpo liviano y ligero
para llevarte en mis sueños
conquistando el mismo cielo.

Y allí nos hacemos eterno
mientras mis brazos te abrazan
y en un mundo bello y sereno
nos llenamos de esperanza.
Y es que no hay nada más hermoso
que sentirte entre mis brazos
y contemplar en tus ojos
mi paraíso soñado.

Cuando tendré ya la dicha
de soñar que no te sueño
porque nuestra realidad
en tus brazos es un consuelo.

Pero mientras eso no suceda
yo quiero seguir soñando
que mientras mis brazos te abrazan
tu pecho esta suspirando...


Historia de las pandemias


Las cuatro epidemias más mortales de la historia...
Antes de la aparición del nuevo coronavirus, otras epidemias asolaron el mundo, llevándose consigo millones de vidas

La plaga de Justiniano, en el 541, fue uno de los efectos de una erupción de un volcán en el 536.

El 11 de abril el covid-19 se convirtió oficialmente en pandemia. La OMS anunció que por su nivel de propagación, la enfermedad originaria de Wuhan (China) ya se podía denominar de este modo. Hasta la fecha ya hay 55 millones de contagiados y más de millón y medio de muertos...

Nos enfrentamos a una situación trágica por una alta mortalidad a la que la sociedad llevaba mucho tiempo sin estar expuesta. Antes del coronavirus, otras pandemias y epidemias mortales asolaron el mundo, dejando horribles cifras de muertes. A continuación explicamos cuatro de los episodios más mortales de la historia.

Plaga Antonina (165-180 d. C.): 5 millones de muertos
Al igual que el covid-19, se cree que la también conocida Peste Antonina se originó en China. Los soldados que marchaban a Roma desde Mesopotamia a fines del año 165 d. C. estaban enfermos, muchos cubiertos pápulas (tumor eruptivo que se presenta en la piel sin pus ni serosidad) rojas y negras que podrían llegar a juntarse y caerse. La plaga pronto se extendería por todo el Imperio Romano. En aquel entonces se vivió una situación similar a la actual, no todo el que contrajo el virus –que los investigadores creen que probablemente fuera viruela– murió y los que sobrevivieron se volvieron inmunes. Cuando la plaga llegó a estar bajo control en el 180 d. C., ya había matado alrededor de cinco millones de personas y prácticamente había fulminado a los 150.000 hombres de las fuerzas armadas de Roma. También segó la vida del emperador Marco Aurelio.

Los síntomas, descritos por el famoso médico romano Galeno, eran bastante desagradables: diarrea, tos, fiebre, sequedad de garganta y las pápulas antes mencionadas. En su tiempo la leyenda contaba que la enfermedad fue liberada cuando un soldado romano abrió accidentalmente un ataúd dorado en el templo de Apolo, liberando a la peste maldita de su encierro. Los cristianos también fueron culpados por enojar a los dioses.

Plaga Justiniana (540-542 d.C.): más de 25 millones
Roma pensó que no volvería a vivir una tragedia semejante, pero 400 años después, una nueva epidemia se extendió por territorio romano. Una epidemia mucho mayor: la peste justiniana, que apareció alrededor del 540, también en Oriente, y que se extendió y reapareció en los puertos del Mediterráneo durante los dos siglos siguientes y diezmó la población del Imperio bizantino. "La enfermedad duró cuatro meses en Bizancio, y su mayor virulencia duró tres meses. En un principio, las muertes fueron algo más que lo normal, después la mortalidad se elevó mucho más, y más tarde alcanzó a cinco mil personas cada día, e incluso llegó un momento que fueron diez mil cada día y hasta más. Al principio, todos los hombres asistían al entierro de los muertos de su propia casa, después los arrojaron en las tumbas de otros, para finalmente llegar a un estado de confusión y desorden", escribió Procopio de Cesarea en su libro 'Guerra persa'. "Esclavos fueron separados de sus dueños, y hombres que en tiempos habían sido ricos fueron privados del servicio de sus criados, que habían enfermado o muerto, llegando incluso a haber casas completamente vacías de seres humanos. Por esa razón, sucedió que algunos de los hombres notables de la ciudad permanecieron sin sepultar durante muchos días".

Algunas de las 2.000 calaveras y 8.000 huesos humanos enterrados en el interior de la cripta de la iglesia de San Leonardo en Hythe, Kent, en Inglaterra. Nadie sabe con seguridad la razón por la que tantas calaveras continúan allí. Algunos creen que pertenecen a soldados extranjeros asesinados en una gran batalla. Otra teoría es que son víctimas de la Peste Negra. Pero existe un consenso general sobre que eran ciudadanos de Hythe que murieron hace muchos años y fueron desenterrados en el siglo trece cuando la iglesia necesitó ampliar su terreno. 

Esta vez sí se trató de peste: los enfermos experimentaron bubones, ojos sanguinolentos, fiebre y delirios. Los historiadores hablan de que el cambio climático que experimentó la Tierra en esa época favoreció las migraciones de roedores, cuyas pulgas acabaron contagiando a los comerciantes, que expandieron la epidemia por los puertos. Cuando la epidemia llegó a Constantinopla, la ciudad se vació. Los mercados cerraron y el emperador Justiniano tuvo que requisar tumbas privadas para enterrar a los muertos y que no se quedasen tirados al sol de la calle. Y al extenderse a Roma, el papa Gregorio Magno sacó en procesión a miles de personas frente al mausoleo del emperador Adriano para rezar y detener la plaga. Pero, obviamente, favoreció el contagio. 

Pudo haber desaparecido un cuarto de la población conocida de la época, entre 25 y 50 millones de personas. Y provocó el colapso final de la organización tradicional romana para dar paso a la Edad Media. Fue un cambio de paradigma político, económico y social, como lo será ,de otra manera, el coronavirus que, sin esa letalidad, sí planteará transformaciones globales. El mundo nunca volverá a ser el mismo.

La gripe española (1918-1920): 50 millones
Es considerada la pandemia más mortífera y devastadora de la Edad Contemporánea. Pese a que no fue el epicentro del problema, España ha pasado a la historia por ser el supuesto foco principal donde muchos piensan que se ocasionó la enfermedad. Un punto más para nuestra leyenda negra, pues, en realidad, todo se debe a una triste casualidad: al ser uno de los pocos países neutrales durante la época, se hizo eco de los primeros casos. Otras zonas que se encontraban en guerra estaban bajo censura militar y decidieron ocultar la pandemia. Sea como fuere, nuestra región fue una de las más afectadas, con ocho millones de personas infectadas y 300.000 fallecidas.

La mal denominada gripe española, causó la muerte de aproximadamente 50 millones de personas (otras cifras apuntan 100 millones) al finalizar la Primera Guerra Mundial. Es decir, entre un 10% y un 20% de los que se contagiaron. A diferencia de otras epidemias que afectaron a niños y ancianos, en este caso la mayoría de las víctimas tenían entre 18 y 49 años, en un momento en que la guerra de trincheras y las malas condiciones higiénicas de los soldados en el frente sin duda agravaron el problema. De hecho, en la primavera de ese año empezaron a enfermar de una gripe que parecía peor que la estacional, aunque las autoridades, para no desanimar aún más a una población, profundamente abatida por la situación vital, infravaloraron el problema. El rotativo 'Daily Mail', por ejemplo, aseguró que no era peor que un simple resfriado.

La peste negra (1347-1353 a.C.): 200 millones
La pandemia más devastadora de la humanidad fue la peste negra. Aunque es difícil saber el número de fallecidos en la época, puesto que no se contaba con los sistemas actuales para registrar las muertes, los expertos apuntan que un tercio de la población pudo sucumbir a la enfermedad, que se produjo en Eurasia, y consideran optimista esa cifra. En Alemania, por ejemplo, se estima que uno de cada diez habitantes perdió la vida. En concreto, algunos datos apuntan a que el número de víctimas oscila entre 50 millones y más de 200 millones. Estableciendo paralelismos con la actual epidemia de covid-19, la enfermedad también surgió en Asia y se propagó a Europa mediante las rutas comerciales. Además, el primer contagio en nuestro continente fue en Mesina, una ciudad italiana donde solían parar los marinos. Y, como ha sucedido con las teorías de la conspiración en torno al coronavirus, durante la epidemia de peste negra se culpó a los judíos, que la habrían propagado mediante "el envenenamiento de pozos". Otros hablaban de orígenes más geológicos, como producto de erupciones volcánicas, o incluso culpaban a los astros.

Como también sucede con el coronavirus, la enfermedad pasaba de los animales a los humanos, en este caso provenía de los roedores, que se encontraban en todas partes (algunos hablan de ratas y otros del gerbilino, proveniente de Asia). Aunque Boccaccio habla de un tipo de peste asintomático, que provocaba la muerte a las 14 horas aproximadas, en realidad los síntomas eran múltiples; fiebre superior a 40ºC, sed, tos y sangrado por distintos orificios, y lo que dio nombre a la enfermedad: manchas negras y azuladas en la piel y bubones en cuello, axilas, brazos o piernas debido a la inflamación de ganglios (luego esos bubones se rompían y supuraban un líquido con un terrible olor). Fuente El confidencial.

Pandemia



Los ojos anegados en lágrimas
Y el corazón encogido
El dolor dentro del alma
Por los que tanto han sufrido.

El dolor sigue aumentando
Porque los muertos están en alza
Y el pobre está más pobre
Y el rico sin esperanza.

Más de un millón de muertos
¡por dios¡, es una cifra tan alta
Que pensando en los difuntos
Hasta la parca se espanta.
En el cielo están de obras
Porque quieren hacer espacio
Para llenarlo de almas
Y dejarnos un trago amargo.

Si tú niegas esta pandemia
Con tantos muertos presentes
Que al hijo que tu más quiera
Se lo lleve pronto la muerte…





Lo fatal, de Rubén Darío

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber a dónde vamos, ni de dónde venimos!…

La niñez de Darío transcurrió en León, criado por sus tíos abuelos Félix y Bernarda, a quienes consideró en su infancia sus verdaderos padres...para saber más pulse aquí.


Mi alma tiene prisa...Mario de Andrade

“Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de
aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los
primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que
quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se
discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos,
sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar
de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.

No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a manipuladores y oportunistas.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más
capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.

Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchos dulces en el paquete…

Quiero vivir al lado de gente humana…, muy humana.
Que sepa reírse de sus errores.
Que no se envanezca con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de la hora.
Que no huya de sus responsabilidades.
Que defienda la dignidad humana.

Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quienes los golpes duros de la vida le enseñaron a crecer
con toques suaves en el alma.

Sí, tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…
Estoy seguro de que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y, la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una…

Autor: Mário de Andrade

No se si estoy loco...


Creo que empecé a perder la cordura con dieciocho años al visitar por primera vez el Vaticano...Yo provengo de una familia pobre y me quedé impactado por su edificaciones y las riqueza de sus museos.
Fué  la primera vez que me plantee muchas preguntas sobre esta sociedad que dedicó tantos recursos  a la grandeza mientras millones de personas morían de hambre...

Me impactó el museo de carruajes y los decorados en oro, todo resultaba muy ostentoso y mi fé se tambaleaba intentando conciliar mis pensamientos contradictorios... Recordaba un documental sobre la construcción de la Catedral de Sevilla que me impactó mucho, se terminó en 1506 y en aquella época había mucha pobreza y muchísimas personas carecían de viviendas. Decía este documental que los miles de obreros que trabajaban en la construcción dormían de noche junto a las obras convirtiendo las calles aledañas en verdaderas pocilgas con excrementos y orinas humanas pues en el siglo XV no existían los baños... 

En este momento se me viene a la mente la hermosura del Taj Mahal que costó la vida de muchos trabajadores indios y se dedicó 20.000 obreros y una verdadera fortuna en un país asolado por las hambrunas. Mi mente recorre la factuasidad de los edificios construidos en una época en que las personas morían por inanición y falta de recursos y por algunos estados y potentados que gastaban verdaderas fortunas...¿Con que ojos miró esos monumentos como el palacio de Versalles?...de 1682 con Luis XIV...

Pues como todos los construidos a costa de los recursos de los pueblos sin recursos por la megalomanía de las personas. Aunque sean muy hermosos, yo hubiese preferido que no existieran porque las vidas de las personas son más importantes que la ostentación plasmada en tantos edificios que fueron innecesarios y todo eso con la lucha interna que me produce esas bellezas de la humanidad...


Autor:  

Sonetos de Luís de Camões


Al ver vuestra belleza, oh amor mío,
de mis ojos dulcísimo sustento,
tan elevado está mi pensamiento
que conozco ya el cielo en vuestro brío.

Y tanto de la tierra me desvío
que nada estimo en vuestro acatamiento,
y absorto al contemplar vuestro portento
enmudezco, mi bien, y desvarío.

Mirándonos, Señora, me confundo,
pues todo el que contempla vuestro hechizo
decir no puede vuestras gracias bellas.

Porque hermosura tanta en vos ve el mundo
que no le asombra el ver que quien os hizo
es el autor del cielo y las estrellas.

Mudan los tiempos y las voluntades;
se muda el ser, se muda la confianza;
el mundo se compone de mudanza
tomando siempre nuevas calidades.

De continuo miramos novedades
diferentes en todo a la esperanza;
del mal queda la pena en la membranza;
y del bien, si hubo alguno, las saudades.

Torna el tiempo a cubrir con verde manto
el valle en que la nieve relucía:
igual en mí se torna lloro el canto.

Y, salvo este mudar de cada día,
mudanza, hay otra de mayor espanto:
que no se muda ya como solía.

Luís Vaz de Camões o Camoens (Lisboa, 10 de junio de 1580​) fue un escritor y poeta portugués, generalmente considerado como uno de los mayores poetas en lengua portuguesa; también escribió algunos sonetos en castellano...Para saber má pulse aquí.


Hielo y fuego...

 


El fuego que me perfora el alma
Ese hielo que se instala en mi mirada
Cara y cruz de mis madrugadas
Y sueños de tus besos sobre mi almohada.

La larga historia de tu amor y el mío
Los dulces abrazos que jamás tuvimos
Y sin embargo, como balsa navega en el río
De este amor eterno, tan tuyo y tan mí

Los dulces poemas que de mi alma emanan
Para recordarme siempre lo que me amas
Tormentas de sentimientos en las mañanas.

Y cuando el sol se instala en mi cama
ni fuego ni hielo, solo un abrazo al alma
para sentir en mi pecho, tu dulce calma.


La hispanidad y mis recuerdos

No voy a negar, que me produce cierta inquietud la celebración del día de la hispanidad, sobre todo recordando las clase de historia de mi infancia donde se ensalzaba de forma tan visceral la invasión y asesinato de otros pueblos...Pero no voy a llegar a ese punto en el que el presidente actual de México, nos pida a los Españoles que pidamos perdón por aquella situación que nada tiene que ver con nuestra actualidad y más cuando ellos han pecado de lo mismo...

Las cosas negativas que hacen zozobrar nuestra fé en los demás pueblos, con el tiempo se pueden convertir en un buen hermanamiento que nos lleve a unirnos y disfrutar incluso en la distancia de un acercamiento y un cariño sincero que nos una de por vida a través del tiempo...Por eso, a pesar de no perder la perspectiva de lo doloroso de las invasiones, los robos y los genocidios, tengo fé de que el hombre puede superar todos los malos recuerdos y sacar conclusiones más positivas para vivir de forma plena como verdaderos hermanos...

Es por eso por lo que a pesar de todo yo quiero decirles, ¨FELIZ DÍA DE LA HISPANIDAD¨. y recuerden siempre que la distancia ya no nos separa a nadie, porque estamos unidos por nuestra historia común.
 
Autor:  

Aitor y su segundo cumpleaños.

Una sonrisa como esta, solo es posible en un niño inmensamente feliz y no es porque yo sea su abuelo, me resulta la mejor sonrisa del mundo y me transmite una gran alegría y una felicidad que jamás sentí en la vida...es un niño que prácticamente desde que nació en cada foto y cada gesto, transmite la esencia más pura de la vida...

En un mundo donde nos llegan tantas noticias de niños maltratados, abandonados o muriendo de hambre, esta imagen es como un soplo de brisa fresca para cualquier corazón. Yo no se como explicar mejor lo que me hace sentir, me he criado en un Internado con muchos niños y no consigo recordar una cara que transmita tan profundamente la felicidad que expresa Aitor.

Vive muy lejos de mi ciudad, pero cada foto que me mandan sus padres, es una inyección de vitaminas para mi alma...

Aitor, espero que tengas un feliz cumpleaños y que cuando seas mayor, no olvides que esa sonrisa y felicidad tuya es el producto del amor que te están dando los maravillosos padres que tienes. Te quiero con toda mi alma campeón... 

Autor:  

La catrina y el covi

Este año La Catrina, parece muy compungida, porque en la calle la gente, en medio de la pandemia caminan sin mascarilla. Se siente muy apenada ante tanto gilipolla, que no quieren protegerse, porque se le ha ido la olla...Pero ella aunque esté muerta, parece la más viva y está siempre cubierta, con su linda mascarilla.

Puede que en estas primeras palabras vuelque un poco de mi humor, pero la realidad es muy seria y preocupante, no solo porque nos quedamos sin la celebración del grito, una hermosa ceremonia para recordar el día de la independencia de México, si no por todo este desastre social y económico que está trayendo el covi 19.

Demasiada gente está muriendo, los negocios se cierran, la economía se hunde y no vemos que tengamos una solución a la vista, por lo que aún queda mucho sufrimiento y dolor con la pérdida de nuestros seres queridos, las personas que se quedan sin trabajo y la alarmante pérdida de negocios.  

Me parece increíble, que el perfil medio de las personas que niegan esta pandemia, sean de personas de cuarenta a cincuenta años con estudios superiores, es evidente que en las universidades no enseñan a tener sentido común. 

La Catrina no fué a la Universidad, pero se ve que tiene un Master en respeto y cuida de si misma para no contagiarse y no contagiar a los demás.

Solo me queda felicitar a todos los mexicanos para que tengan unas felices fiestas patrias y día de la Independencia y una petición de corazón para todos, protejanse y cuidense, un abrazo... 


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Feliz cumpleaños

Feliz cumpleaños Mamá,
la Flor que más venero

A pesar de sus años, todavía,
sigue siendo en mi vida lo primero,
además, es la flor que más venero,
si dijera otra cosa mentiría.

Seguiré devolviendo cada día
sus caricias a cambio de un "te quiero",
el amor de una madre es verdadero,
yo lo sé, y también el alma mía.

Como olimpica flor de gracia llena,
su perfume me llega sin demora
cada mes, cada instante , cada hora.

Me da igual que envejezca mi azucena
ella sigue mostrando ese color
que no es blanco ni negro, sino amor

Nadie merece  sufrir tanto como tú para tener un poco de nivel   de vida,
gracias mamá por darle a la mía un paraíso de amor. te quiero.

Ramon Bonachi

Josefina de Ramon Bonachi

JOSEFINA


Te fueron a parir entre algodones,
mas luego se perdió el factor afecto,
dejaron te olvidada por tu aspecto
en un mundo de malas intenciones.

Mi pobre cenicienta, mil perdones,
por no ver en tu cara mi defecto,
pudiendo ser en todo más correcto
deje sueltas burlescas expresiones.

Le llega tu sonrisa a este cansado
y viejo corazón adormecido.
Añoro tu inocencia ,“Josefina”.

Nada puede cambiarse del pasado,
más quisiera saldar arrepentido
alguna mala acción que me rechina.


La triste vida de un alma en pena

Conocí a Josefina ( Fina ) cuando está debía tener 40 o 50 años, y yo unos 16, Fina padecía deficiencias físicas y mentales, de desgarbada presencia, ( siempre en bata y con barba de días), pero de una inocencia que enamoraba. Recuerdo que por un cigarro y un refresco , cantaba , bailaba y barría el chiringuito que regentaba mi padre en los años 70-80..!’ 

Pedía besos a todo joven que se le acercaba y eso provocaba un sinfín de burlas y risas a su persona que al parecer le importaba muy poco porque siempre se reía, como si no fuera con ella., muy pocas veces la vi llorar, pero en alguna de ellas tuve algo que ver y me arrepiento cada vez que lo recuerdo , Fina fue un alma en pena con una historia muy triste que muy pocos conocen . 

Nunca olvidaré su cara y sus palabras, ¿me das un cigarro y una Coca-Cola ? . Fina un día desapareció y nunca más se supo de ella. En un pequeño rincón de mi vida guardo todos sus simpáticos recuerdos, sin olvidarme de alguno que me duele recordarlo. La inocencia de una persona no es motivo de risas pero eso es algo que comprendes con los años. 


Al oído, poema de amor

Presta atención a mis palabras
que te hablan de sentimientos
de ilusión de sabanas blancas
del amor que por ti siento,
mis sueños de madrugadas
cuando en tus sueños yo entro.

Quiero que te estremezca el alma
cuando te susurro un te quiero
y que todas mis palabras
penetren en ti muy adentro
y se queden bien guardadas
hasta el final de los tiempos.
Que quiero hoy confesarte
un amor firme y sincero
de esos surgidos de antes
en el paragua del cielo.

Pon atención crayolita
que en mi poema yo quiero
que en mi alma enamorada
te quedes tu muy adentro...



Carta poética de amor

Con dineros y saludes nunca tuve suficiente.
Porque el dinero no compra el amor
ni salva del miedo a la muerte.

Hasta que en un golpe de suerte, mi amor apareció.
Desde esa noche de febrero, siempre conmigo la llevo, y junto a ella descubrí un cielo y un mundo nuevo.

Se parece a una amiga, se parece a una hermana, pero tiene en sus manos el remedio continuo para que las amarguras y las desventuras parezcan mentira... 

Y se cierren las heridas, más si un día se me olvida cómo vencer al dolor, siempre encuentro la salida en dirección a la vida, de la mano de mi amor.

Y aunque el mundo se derrumba y halla gente que se hunda por el maldito dinero, a mí me sobra la luna, una canción y un “te quiero”, y aunque viva en el alambre de los techos y de las hambres ya no cabe más en mí, que se pone a sonreír y el corazón me da calambre...

Y que sigan buscando los sabios doctores una vida más larga y gobiernos mejores, Que ya en la mía se hizo la revolución Con el amor de mis amores.

Te amo como siempre te he amado desde que nos conocimos Lorena GS, aunque por costumbre te lo diga menos. 


Tu vuelo, romance


Que una muralla no impida
ni pueda truncar  tu vuelo,
si quieres abrir tus alas 
olvídate de los miedos,
que no te frenen las cercas
aunque midieran mil metros.

Vuela siempre hacia adelante
para concretar tus sueños
porque eres ave de altura 
que cumplirá sus anhelos.

Con actitud positiva 
soportaras el invierno 
y las aguas turbulentas 
pasarán a ser recuerdo.
Todo lo que necesitas 
te acompaña por derecho 
en tu mente y corazón 
para llegar hasta el cielo. 

¡Ve que el éxito te espera!
donde se oye aquél gorjeo
no se te vaya hacer tarde,
que no te detenga el tiempo
porque aunque termine el año 
vuelve a resurgir enero. 

El triunfo quiere abrazarte 
¡no digas nunca no puedo!


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