Elegia a la tierra


Es absurdo y complejo tu calvario,
infundado y perverso, a más de indigno,
en razón de su insólito escenario.

Hoy registro tu estado, ayer benigno,
con carencias jamás imaginadas
y percibo en tu esencia el claro signo…

Quién creyera que torpes puñaladas
te atestaran los hombres para hurtarte,
sin reparos, tus savias más preciadas.

Duele verte incapaz de ya salvarte
del final al que vas por el humano,
que se arrasa a sí mismo al arrasarte.

Lo fatal se aproxima, mas su mano
palpa solo el dinero, que hoy lo infesta,
porque, afín a su espíritu profano,
se presume imbatible en cuanto apuesta…

Jorge Toro Salazar.

Rubén Darío. De invierno


En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
Envuelta en su abrigo de marta cibelina
Y no lejos del fuego que brilla en el salón.

El fino angora blanco junto a ella se reclina,
Rozando con su hocico la falda de Alençón,
No lejos de las jarras de porcelana china
Que medio oculta un biombo de seda del Japón.

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño;
Entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
Voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

Como una rosa roja que fuera flor de lis.
Abre los ojos, mírame, con su mirar risueño,
Y en tanto cae la nieve del cielo de París.

Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, 18 de enero de 1867-León, 6 de febrero de 1916), fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es, quizá, el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispano, y por ello es llamado «príncipe de las letras castellanas»...Para saber más pulse aquí.

Pierde tras el laurel su noble aliento


Pierde tras el laurel su noble aliento
el héroe joven en la atroz milicia;
supúltase en el mar por su avaricia
el necio, que engañaron mar y viento.

Hace prisión su lúgrube aposento
el sabio por saber; y por codicia
el que al duro metal de la malicia
fio su corazón y su contento.

Por su cosecha sufre el sol ardiente
el labrador, y pasa noche y día
el cazador de su familia ausente.

Yo también llevaré con alegría
cuantos sustos el orbe me presente,
sólo por agradarte, Filis mía.

José Cadalso

José Cadalso y Vázquez de Andrade, que usó el pseudónimo literario de El Militar (Cádiz, 8 de octubre de 1741 – San Roque, 26 de febrero de 1782), fue un militar español, muerto al ser alcanzado por una granada inglesa, y un valioso literato, recordado por sus obras Los eruditos a la violeta, Noches lúgubres y Cartas marruecas...Para saber más pulse aquí.

Sin duda alguna


En verdad que esta es la historia 
de un amor que se hizo cuento, 
de risas, de  sufrimiento,
de  rodar como una noria. 
 
Mas pudo alcanzar la  gloria 
sin morir en el intento, 
por fortuna ese momento, 
tiene un sitio en la  memoria. 

Y es que solo fue mirarla 
y sentir en lo profundo 
un latir descontrolado 

que no cesa en desearla 
y besar cada segundo 
del presente y del pasado.

En tu idioma.


Cuando tú me sorprendes con tu idioma 
y mi nombre pronuncias con tu aliento,
cuando muestras desnudo el sentimiento,
nadie puede ignorarte, ni de  broma.

Tu mirada me pone en punto y coma ,
anulando mi estado en el momento
en que ignoro el lugar del que frecuento,
pues es mucha la gracia que en ti asoma.

Conmueve estar presente al lado mío,
disparando un extraño abecedario
cada vez que tienes calor o frio.

Un repetir de amor, regresa  a diario, 
llenando  de caricias un vacío
de sobras ya  lo sabes ... necesario. 

A mi Chanel, 

Viva México y su grito


Las fiestas patrias se celebran en el mes de septiembre por el aniversario del llamado Grito de Independencia, que fue dado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla en 1810, este se dio en la madrugada del 16 de septiembre, cuando al hacer sonar la campana de la iglesia de Dolores Hidalgo convocó al pueblo a levantarse en armas en contra del dominio de los españoles.
Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo, formaron parte de un grupo que conspiraba contra el gobierno español. Al ser descubierta la conspiración, fue ordenada la aprehensión de los cuatro.

La guerra de la Independencia dio inicio una madrugada en la ciudad de Dolores Hidalgo a  mando del cura Miguel Hidalgo y Costilla, junto con los generales Ignacio Allende y Juan Aldama. Finalmente la Independencia de México se consumó el 27 de Septiembre de 1821 bajo el Plan de Iguala, proclamado por Austin de Iturbide y Vicente Guerrero.
Las zonas que actualmente comprenden México, Centroamérica y el sur de Estados Unidos habían quedado en manos de España cuando Hernán Cortés derrocó el gobierno de México Tenochtitlán en 1521.

En el año de 1845, el presidente Antonio López de Santa Anna celebro oficialmente la ‘Ceremonia del Grito’ para recordar al cura Hidalgo y a los héroes que lucharon por la independencia. Estableció que la ceremonia se realizara cada 15 de septiembre a las 23:00 horas. A su vez poder festejar su cumpleaños número 80.

El 16 de Septiembre  de 1910 fue oficialmente inaugurado el  “Ángel de la Independencia” Obra  del Arquitecto Antonio Rivas. Os dejo con este poema que escrbí para la ocasión.

Como el águila agarra la serpiente
el mexicano con su furia hace valer
el derecho de hacerse independiente
de la corrupción, los narcos y el poder.

Y esos gritos desgarra sus gargantas
al son de las campana de la libertad
que corean desde México hasta España
con las lágrimas que dicen...vasta ya...

Afila tus uñas mexicano, saca tus dientes
no te dejes doblegar hermano
se como el águila, fuerte
lucha por esa libertad que ganaste, contracorriente.

Las fiestas patrias son para hacer examen de conciencia
¿Quiénes son tus gobernantes?
¿Qué es tu bandera?, ¿Qué seca los pechos de tus madres?
¿Qué será esa fiera? que con zarpazos de pobreza, te desespera.

Yo quisiera gritar muy fuerte y claro
como español y mexicano de vocación
tocando la campana de mi pecho
y entonando con vosotros una oración...

Señor de los espacios infinitos
tu que tienes a esa gente en tu conciencia
ayúdalos señor te lo suplico
aplicando la razón de la experiencia...


Sapo maldito


No te creas más listo ni mas fuerte,
no te creas que nada soy sin ti,
no te pienses que tienes una esclava
porque aun no he saltado contra ti.

Eres un pobre viejo alcoholizado,
no me importa qué diga tu carnet,
un proyecto de hombre fracasado,
un drogata meando en la pared.

Ya no se te levanta ni la mano,
tu boca huele a piara y muladar,
tu piel es un pellejo desgarrado,
tus ojos, golondrinos en tu faz.








Ya he tenido bastante, ya me marcho,
muérete en la covacha de tu hiel,
hueles a podredumbre y a fracaso
¡quedate las migajas del pastel!
He llorado hasta quedarme ciega,
he aguantado tus cuernos sin cuartel,
tus desprecios, tus broncas, tus palizas
por un hijo que ya no sé quien es.

Puedes irte al infierno como un sapo,
como el sapo maldito que eres tú,
porque yo elevo el vuelo hacia la vida
a buscar paz, amor y juventud.






No te culpo...no me culpes...


No voy a decir que es tu culpa o mía,
que caiga en eso ahora es una tontería
y ya de tonterías hemos tenido bastante.

Tampoco me parece aceptable que huya
al hecho de que alguien hoy me sustituya
y otra mujer en mis brazos te suplante.

Alguna vez nos creímos imprescindibles,
cosas serias las convertimos en risibles
y el mapa de nuestro amor fue cambiando.

Los caminos que a amarnos nos conducían,
vientos soplando que de guías nos servían,
cosas que estaban y ya no seguían estando.

Un mapa dibujado empezó a desdibujarse,
amores que se topaban dejaron de toparse
y sueños unidos no volvieron a estar juntos.

Hacer el amor dejó de parecernos la gloria
y nos preguntábamos al leer nuestra historia
si acaso sería el final alguno de sus puntos.

Nos fuimos acostumbrando a las ausencias,
ya no se mezclaban como antes las esencias
ni siquiera para ver ambos cómo anochecía,

en medio de nuestros apuros, nuestras prisas,
al alejarnos supimos que en nuestras sonrisas
alguna lágrima en nuestras almas se escondía.

El tiempo fue pasando, el cielo azul ya era gris,
el panorama celeste cambió rápido, en un “tris”
lo que para hacerlo azul tanto amor nos costó.

El amor era el plato principal de nuestro menú,
pero ya de ese mismo amor no me hablabas tú
y entre mis conversaciones nunca lo incluía yo.

Simplemente dejó de ser lo que parecía que era,
se acabó para nosotros de pronto la primavera
y nos llegó de la nada el más frío invierno...

Dejó de ser el sueño, la esperanza, el anhelo
y los que tan abrazados se fabricaron su cielo,
ahora están viviendo su soledad en el infierno.

No te culpo, no me culpes, cosas que pasan,
situaciones que se nos dan y que nos arrasan
y cuando nos damos cuenta ya sucedieron...

Hubo sentimientos que entre nosotros cabían,
que nos dimos cuenta ambos de que nacían...
pero no supimos ver cuándo murieron.

Poema original de Álvaro Márquez


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