Tintineaba la lluvia,
olía a verde el campo
y me refugié en tu cuerpo
hice nido entre tus brazos.
Se mojaron nuestros besos,
de agua eran nuestros labios
nuestros cuerpos se apretaban
formando un solo lazo.
En la cueva de los sueños
nosotros nos refugiamos
y desnudamos la piel
de esa lluvia que nos había empapado.
Tintineaba la lluvia
olia a verde en el campo
y desnudos nuestros cuerpos
se hicieron fuego callado.
Me acariciaste el pelo,
bebiste de mis labios mojados
y me besaste los ojos
como en un rito sagrado.
Y fueron haciendo tus manos camino
por mi camino mojado
y mientras caía la lluvia