Demencia...
Perdida y olvidada la esperanza
me quedo solamente con lo puesto,
si puedo, un día más echare el resto
para que no se incline la balanza.
Poca es la calderilla, y no me alcanza
para poder vivir con lo propuesto,
me pierdo en la razón y me molesto
pues este malestar sigue y avanza.
Aunque aparenta recia la paciencia
que frágil la salud del ser humano
cuando todo su entorno se silencia.
Todo grato fulgor de fuerte mano
se pierde, y aparece una demencia
que mata la razón tarde o temprano.
Ramon Bonachi