La ninfa mía, Gongora


Al tramontar del Sol, la ninfa mía, 
De flores despojando el verde llano, 
Cuantas troncaba la hermosa mano, 
Tantas el blanco pie crecer hacía.

Ondeábale el viento que corría 
El oro fino con error galano, 
Cual verde hoja de álamo lozano 
Se mueve al rojo despuntar del día.

Mas luego que ciñó sus sienes bellas 
De los varios despojos de su falda 
(Término puesto al oro y a la nieve),

Juraré que lució más su guirnalda 
Con ser de flores, la otra ser de estrellas, 
Que la que ilustra el cielo en luces nueve.
Tras la bermeja Aurora el Sol dorado 
Por las puertas salía del Oriente, 
Ella de flores la rosada frente, 
Él de encendidos rayos coronado.

Sembraban su contento o su cuidado, 
Cuál con voz dulce, cuál con voz doliente, 
Las tiernas aves con la luz presente 
En el fresco aire y en el verde prado,

Cuando salió bastante a dar Leonora 
Cuerpo a los vientos y a las piedras alma, 
Cantando de su rico albergue, y luego

Ni oí las aves más, ni vi la Aurora; 
Porque al salir, o todo quedó en calma, 
O yo (que es lo más cierto), sordo y ciego.























En sus poesías se solían distinguir dos períodos. En el tradicional hace uso de los metros cortos y temas ligeros. Para ello usaba décimas, romances, letrillas, etc. Este período duró hasta 1610, en que cambió para volverse culterano, haciendo uso de metáforas difíciles, muchas alusiones mitológicas, cultismos, hipérbatos, etc., pero Dámaso Alonso demostró que estas dificultades estaban ya presentes en su primera época y que la segunda es una intensificación de estos recursos realizada por motivos estéticos...Para saber más pulse aquí.
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