Te estoy queriendo tanto


¡Te estoy queriendo tanto y no sé por qué te quiero!
¿Será porque en las noches siempre escucho tu canto?
Cuando me apresa el sueño y mis parpados se cierran,
siento que tú llegas para acompañar mi sueño.

¡Te estoy queriendo tanto y no sé por qué te quiero!
¿Será que tus caricias me embelesan el alma?
Me arrullas en suspiros en la noche callada
y cuando me despierto iluminas mi mañana.

¡Te estoy queriendo tanto… Sólo Dios sabe cuánto!
Porque me impregnas de rocío que cae del sereno,
cuando en la madrugada se está bañando el alba
y me regalas tu sonrisa y un te quiero apasionado.

¡Te estoy queriendo tanto... mira de qué manera!
Será porque mis miedos todos los ahuyentas,
llenas los espacios vacíos de mis años,
compartes añoranzas de tiempos que se han ido.

Escuchas la llovizna que acompaña mis días
y con tus dulces besos a mí llega el estío.
Te sumerges en mi oasis de aguas cristalinas...
para bañar tus sueños y que allí se cristalicen.

¡Te estoy queriendo tanto... mira cuánto te quiero...
si no estás en mi vida de pena yo me muero!



Dichoso


Dichoso el que, en tormentas y bonanza,
ha sido consecuente con sus actos, 
y ha dejado los gráficos exactos 
para quien quiera darles remembranza.

De igual a igual, la muerte nos alcanza, 
sin dejar direcciones ni contactos, 
solo van a quedar leves e intactos 
instantes sopesando la balanza.

No sé si soy quien soy, o quien quisiera;
a veces me preocupa demasiado 
no dejar ni una huella cuando muera  

Un recuerdo sincero en el legado
que muestre lo que soy por dentro y fuera  
y abandere orgulloso mi pasado.

Fotografía y poema Ramón bonachí.

Un poco de romanticismo


Mi corazón te amará hasta el último latido, como las aves que comparten toda una vida de vuelo, y tú para mí, amor mío, eres la mejor compañera de viaje que podría tener.

Recuerdo aquel primer beso húmedo con la nostalgia que solo los años te pueden enseñar, lo recuerdo siempre entre sonrisas porque mi hizo descaradamente feliz.

A veces me recuerdas al canto de los pájaros, porque incluso en el más fúnebre de mis despertares sabes conjugarle una sonrisa a mi corazón, te amaré con la fuerza de los vientos hasta que la tierra nos separé.

 Solo tuyo seré, siempre que tú quieras, a nadie más amaré pues tuyas son mis entrañas. Con el paso de los días envejeceré con la ternura de tus ojos.

Quiero que despiertes a mi lado, porque ver como te iluminan los primeros tenues rayos de sol me da la suficiente vitalidad como para aguantar todo el día.

El arte de amar no se enseña en las escuelas, yo lo aprendí de ti y trato de mejorarlo cada día, aunque parezca imposible, con tesón y esfuerzo siempre puedo llegar superarlo.

Sin ti a mi lado todo pierde sentido, todo es una lúgubre sombra que se esconde entre las entrañas de la larga noche de los tiempos.

Podría observarte durante horas, me encantan los pequeños detalles de tu esvelto cuerpo, me gustaría conocerlos todos, hasta el más mínimo detalle: las pecas de la cara, la marca de la barriga, esa marca detrás de la oreja.

Me gustaría compartir contigo cada soplo de aire, cada segundo de experiencia y toda la nostalgia que cabe en un recuerdo.

Aunque no te lo parezca mi tranquilidad es más endeble de lo que parece, y es que detrás de esta apariencia de muro impenetrable se esconde un corazón de cristal que teme enfrentarse al martillo de tu ausencia.

Cuando toco tus dulces manos, suavemente, acariciándolas, me siento el hombre más feliz del mundo, me carga las energías para subir al Himalaya y bajarlo.

Homenaje a San Juan de la Cruz


Sólo quien se entrega recibe.
Huele, quien renuncia al olfato,
un olor prodigioso. ¡Vive,
misterïoso desacato!

Y así de pronto asciende ya
de las rosas de primavera
fragancias de lo que será
en la cima de lo que era.

Y el alma, desde ese momento,
puede, en la variedad del mundo,
escuchar la canción del viento
y contemplar el mar profundo.

Nació en Boal, Asturias, en 1923. A los dos años sus padres se trasladaron a Oviedo, donde transcurrieron su niñez y adolescencia. Estudió los dos primeros años de la carrera de Filosofía y Letras en Oviedo y se trasladó a Madrid a los diecinueve años para concluirlos en 1946 en la Universidad Central, hoy Complutense, con premio extraordinario. En esa misma universidad se doctoró en 1949 con la primera tesis en España sobre un escritor aún vivo, Vicente Aleixandre, poeta de la Generación del 27 galardonado más tarde con el Premio Nobel de Literatura (1977). Su tesis fue publicada con gran éxito (La poesía de Vicente Aleixandre, 1950) y sigue considerándose hoy el mejor y más profundo estudio sobre la poesía de este autor., para saber más pulse aquí.

Por nosotros


Instantes eternos que por nosotros esperan,
sueños tangibles que por ambos sobreviven,
minutos vitales que a nuestro favor cooperan,
poemas lujuriosos que desde ya se escriben.

Hay hechos hermosos que están por pasar,
lugares especiales que nos reservan espacio,
segundos de gran pasión ansiosos por llegar
y el tiempo, el cómplice, pasando despacio.

Palabras de verdadero amor esperan turno
para ser dichas ya no a distancia, en directo,
qué importa si el ambiente es o no nocturno,
total para vernos, sabemos que será perfecto.

Hay canciones que por nosotros aguardan
para traernos a todo dar a nuestra memoria
páginas de amor que no demoran, no tardan
en embellecer con sus letras nuestra historia.

Abrazos fuertes que por nosotros sí existen 
entre dos cuerpos siempre bien combinados,
unos besos queriendo salir y ahora se resisten
a un minuto, un segundo más sin ser dados.

Nos susurra el viento en todos sus soplidos
que por nosotros feliz con amor ha soplado,
pues no hablamos de dolores ni de olvidos
ni de resentimientos con causa en el pasado.

Hay en el destino nuestro a esta hora una cita
y Dios acepta que la misma debe cumplirse
y una historia de amor que se volvió infinita
que por amor con su permiso, ha de escribirse.


Espíritus de los muertos, Edgar Allan Poe


Tu alma, sobre la tumba de piedra gris
a solas yacerá con sombríos pensamientos;
Nadie, en toda esa intimidad, penetrará
en la delgada hora de tu Secreto,

Sé silencioso en esa quietud,
la cual no es Soledad, ya que
Los Espíritus de los Muertos,
quienes te precedieron en la Vida,
en la Muerte te rodearán,
y con Sombras, tu quietud enlazarán;

La Noche, tan clara, se oscurecerá,
y las estrellas nos arrebatarán su brillo
desde sus altos tronos en el Cielo,
con su luz de esperanza para los mortales,
pero sus esferas rojas, apagadas,
en tu hastío tendrán la forma de Fiebre y Llamas,
y te reclamarán para siempre.

Ahora son pensamientos que no desterrarás,
ahora son visiones casi desvaneciéndose;
de tu Espíritu no pasarán jamás,
como la gota de rocío muere sobre la hierba

La brisa, aliento de Dios, es inmóvil,
y la niebla sobre la colina
Sombría, sombría, y a la vez intocable,
Es una Señal y un Símbolo.
¡Cómo se extiende sobre los árboles,
Misterio de Misterios!


El señor Fasto


La familia tenía un vecino, el señor Fasto, que pretendía a la señora. Era un tipo avaricioso que se disfrazaba como un tipo amable y atento con la familia pero en realidad era lo contrario.

Un día los niños salieron a jugar al patio de la casa y se encontraron con una vereda que subía a un pequeño monte, los niños guiados por la curiosidad siguieron la vereda aquella. Al final de ésta se encontraron con un viejo pozo de roca que al parecer no contenía agua, estaba cegado y arruinado, pero aún contenía el torno para sacar el agua con la cubeta. Los niños accidentalmente tiraron la cubeta al pozo, en ese momento la madre preocupada llamó a los niños.

Al otro día los niños volvieron donde el pozo y para su sorpresa la cubeta que habían arrojado estaba en el mismo lugar de siempre pero había una nota dentro de ella que decía:
TENGO HAMBRE
Los niños, sin importarles mucho de quién provenía la carta, fueron a su casa y llevaron una jugosa pieza de pollo al pozo y la bajaron con la cuerda.

Al otro día los niños volvieron al pozo y ¡oh sorpresa! la cubeta estaba llena de monedas de oro y alhajas. Desde ese día los niños llevaron comida suculenta y a cambio tenían su magnífica recompensa.

Al prometido de la madre de los niños, el señor Fasto, se le hacía raro que los niños escondieran comida durante la cena y además ya los había visto llegar con monedas; se le hizo muy extraño, así que una noche se encaminó al pozo y comenzó a bajar por la cuerda hacia el fondo....

Al otro día los niños regresaron al lugar del pozo y se encontraron que en la cubeta había una cantidad de oro inimaginable, ropa desgarrada y sangrienta y otra nota que decía:
¡GRACIAS POR EL BANQUETE!...¡QUIERO MÁS!


La guadaña, (Toque de arrebato)


Segar la vida en plena primavera
sin esperar del grano la cosecha
es arrancar de cuajo las espigas
pisotear la mies que aun está fresca.

Es arrancar las tiernas amapolas
desalojar los guarnecidos nidos
desarraigar de un tajo la esperanza
y sepultar la vida en el camino.

Mano brutal que empuña su guadaña
por la tormenta de odio enloquecida
y entra en la mies con fuego en la mirada
para escañar la llama de la vida.

Hoz demencial, puñal de media luna
parca guiada por mano criminal
rayo de muerte, tornado de locura
hablas de Alá pero eres Satanás.

¡Cuánto dolor temblando en cada tallo!
cuando la helada revienta tus semillas
cuando una mano de acero te arrebata
empuñando sus hoces asesinas.


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