Nunca sabré y me encantas

Nunca sabré...

Nunca sabré ni cómo ni por qué,
a pesar de un designio irreverente,
cuando la vida me golpeó furente,
un pétalo a la vida le arranqué.

Un pétalo de dicha que encontré
cuando cruzaste misteriosamente
la senda de mi vida de repente, 
como un sol que amanece y ya se fue.

En medio de los golpes de la vida
fue contigo ese pétalo que hallé
cuando toda esperanza estaba ida.

Eres tú el pétalo que tanto amé
y por ti en mi sendero aparecida,
un pétalo a la vida le arranqué.
Me encantas

He venido a decirte que me encantas,
y a eso vengo porque no me atrevo
en mi extasiado sueño donde abrevo,
me atrevo a decirte que me encantas.

En una fantasía te levantas
y en ella muy romántico te llevo.
Inseparable, como el pez al cebo,
mi memoria vas porque me encantas.

Indescriptible Venus de Citeres,
te he llenado en mis dulces fantasías
de besos, de caricias y placeres.

Has colmado mis versos de poesías,
porque me encantas y porque eres...
Eres la musa de mis fantasías.





















Una recuperación modernista es el “sonetillo”, soneto de arte menor, que tiene precedentes en el Siglo de Oro y en el Neoclasicismo (Tomás de Iriarte, por ejemplo, usa en algunas de sus fábulas un soneto en octosílabos)...Para saber más pulse aquí.
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