Cuál muda voz que brota y al alma llega
sangrando pensamiento en estampida.
Como brisa que con olor anega
el dulce néctar que la rosa anida.
Así, de esa forma hago poesía,
cuán lejos en la distancia ofrecida
el buen hado se presta y me convida
a que escriba con letra conmovida.
Como la hoja que el frío viento agita
e impasible en su rama se sostiene
resistiendo el impacto se mantiene
hasta que cae pálida y marchita.
Así, mi musa a corazón recita,
como alondra que matinal confiera
y derrama su canto donde habita
con sonoras gracias, al sol que espera.
No tengo verso, ni palabra escrita
que iguale al impacto de lo que siento,
es más grande el amor que me suscita
que todos los abismos del silencio.
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