Las pesadillas

 
Si desde pequeño hubieramos echo reseñas en nuestros diarios de las pesadillas que tenemos por las noches, seguro que la mayoría de nosotros tendríamos creado un verdadero libro de terror...

Yo confieso que jamás hice referencia a algunas de esas pesadillas, ni de pequeño ni de adulto, pero hay una en concreto que me dejó muy marcado y que jamás he olvidado después de tantos años, las recuerdo con mucha frecuencia y las revivo con los sentimientos y miedo del primer día.

Siempre comenzaba la pesadilla con la sabana superior de mi cama subiendo y flotando, yo la miraba aterrorizado si saber que estaba pasando y sobre todo porque veía a mi madre a los pies de mi cama conmigo en brazo, yo me quería tapar con la sabana pero no la alcanzaba y sobre todo porque mi madre me acercaba cigarros encendidos a la cara y me dolía de una forma infernal, tampoco podía cerrar los ojos y tenia que ver como mi cara se llenaba de ampollas.

Yo tenia unos seis años y esa edad la estableció mi madre cuando al cabo de unos veinte yo le hable de ese sueño que se me repetía continuamente y ella me habló de que con esa edad pasé por una de mis muchas enfermedades infantiles de la época y estuve mas de una semana con fiebre muy alta.

Hasta entonces no pude darle una explicación lógica a mi pesadilla, el efecto de la sabana voladora y esa visión se había producido por la alta fiebre, la cara me ardía y el sueño le daba ese tipo de explicación aunque mi madre jamás me hizo daño alguno. A pesar de empezar a entender esa pesadilla, seguí teniéndola hasta el día de hoy aunque con menos intensidad desde que entró en mis sueños una película que vi de Freddy Krueger, Pesadilla en Elm Street...

Tenia unas peleas a muerte con este Freey, se ponia sobre mi y con esas cuchillas me quería rajar el pecho y cuando sentía las cuchillas me despertaba sudando...

Hasta cierto punto las pesadillas se pueden controlar. Yo he leído varios libros sobre este tema y antes de dormir existen una series de pensamientos positivos que te predisponen a soñar en uno u otro sentido y también a saber diferenciar dentro de la pesadilla, que eso no es real y que como estas en un sueño tu tienes el control total con lo que sales victorioso de cualquier situación.

Igual que las malas pesadillas, las buenas también puedes prolongarlas. La que mas me ha gustado siempre es aquella en la que vuelo y controlo la dirección y altura moviendo mis manos extendidas y me paro justo donde estoy viendo desde el aire, ya sea una casa hermosa en un prado o un grupo que se baña en la orilla de un río...

A veces no se puede controlar una pesadilla y te despiertas asustado, pero con algo de ejercicio mental y predisponiendo tu mente para soñar cosas hermosas en las que piensas antes de dormir, es posible ahuyentar muchas pesadillas...

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