Fragoso monte, en cuyo basto seno
Duras cortezas de robustas plantas
Contienen aquel nombre en partes tantas
De quien pagó a la tierra lo terreno,
Así cubra de hoy más cielo sereno
La siempre verde cumbre que levantas,
Que me escondas aquellas letras santas
De que a pesar del tiempo has de estar lleno.
La corteza, do están, desnuda, o viste
Su villano troncón de yerba verde,
De suerte que mis ojos no las vean.
Quédense en tu arboleda, ella se acuerde
De fin tan tierno, y su memoria triste,
Pues en troncos está, troncos la lean.
Ni en este monte, este aire, ni este río
Corre fiera, vuela ave, pece nada,
De quien con atención no sea escuchada
La triste voz del triste llanto mío;
Y aunque en la fuerza sea del estío
Al viento mi querella encomendada,
Cuando a cada cual de ellos más le agrada
Fresca cueva, árbol verde, arroyo frío,
A compasión movidos de mi llanto,
Dejan la sombra, el ramo y la hondura,
Cual ya por escuchar el dulce canto
De aquel que, de Strimón en la espesura,
Los suspendía cien mil veces. ¡Tanto
Puede mi mal, y pudo su dulzura!
Luis de Góngora y Argote, Entre 1610 y 1611 escribió la Oda a la toma de Larache y en 1613 el Polifemo, un poema en octavas que parafrasea un pasaje mitológico de las Metamorfosis de Ovidio...Para saber más pulse aquí.