Historia de San Valentín de Roma



Historia de San Valentín de Roma

Según la tradición, San Valentín de Roma fue un sacerdote romano que acompañaba espiritualmente a los cristianos que habían caído presos en las persecuciones contra los practicantes de esta fe y les ayudaba a prepararse para el martirio y la muerte.

Otra versión cuenta que se trataba de un sacerdote que, pese a que las autoridades romanas prohibían contraer matrimonio a los jóvenes soldados, por considerar que serían mejores combatientes si no tenían ataduras familiares, se dedicaba a casar a las parejas en secreto según el rito católico.

Cuando fue descubierto, Valentín fue sometido a martirio y finalmente decapitado.
Una última (y poco creíble) versión cuenta que el sacerdote Valentín fue apresado y se enamoró de la hija de su carcelero, a la que dedicó una apasionada carta de amor que firmaba como “de tu Valentín”, lo que se convertiría en el origen de la tradición de enviar las cartas y postales de amor que intercambian los enamorados cada 14 de febrero.
 

La Iglesia Católica recoge la tradición de San Valentín

A finales del siglo V, la Iglesia Católica, recoge las leyendas sobre San Valentín e institucionaliza su conmemoración el 14 de febrero. Parece ser que fue el Papa Gelasio I quien formalizó el culto al santo, en un intento de cristianizar la antiquísima celebración pagana de las Lupercales, que tenía lugar a mediados de febrero.

Sin embargo, la propia Iglesia desde el principio albergó dudas sobre la veracidad histórica de los hechos de San Valentín, de tal manera que incluso Gelasio I afirmaba que San Valentín era uno de aquellos santos “cuyos nombres son venerados por los hombres, pero cuyos actos solo Dios conoce”, expresando su falta de pruebas históricas sobre este mártir.

Probablemente, fue durante la Edad Media cuando se asoció el amor romántico a la figura heroica y mitológica de San Valentín, forjándose definitivamente la leyenda del patrón de los enamorados. La fábula fue creciendo y adornándose con el paso de los siglos hasta llegar a nuestros días.

La festividad fue eliminada del calendario eclesiástico en 1969, en un intento de la iglesia católica de eliminar del santoral a aquellos santos de origen legendario.
 

San Valentín y el Día de los Enamorados

Fue durante el siglo XIX cuando, en los países anglosajones, comenzó la tradición de intercambiarse postales con mensajes amorosos en el Día de los Enamorados. Poco después, a la costumbre de las postales se sumaría la de obsequiar a la pareja con otros regalos como rosas, bombones y joyas.

Ya bien entrado el siglo XX, el comercio y la publicidad recogieron la figura de San Valentín, alentaron su patronazgo sobre los que estaban tocados por las flechas de cupido o los que pretendían estarlo y lo aprovecharon para convertir el 14 de febrero en una fecha señalada en la que aumentar sus ventas.

Versos con sabor a Tenorio


Por mucho que el sol se oculte
La luna en Sevilla brilla
Al saber de esa maravilla
Que tu amor en mi corazón produce.

Y más en este día especial
Que el catorce en San Valentín
No hay para mi mayor fin
Que darte el amor inmortal.

Recuérdate a Don Tenorio
Porque en el yo estoy pensando
Y en tu vida voy claudicando
Por este amor tan notorio.

Que la vida es un solo poema
Con cien cuartetos por cuerda
En los que tú puedes dar
Amor sin miedo y sin pena.

¿No es verdad ángel de amor?
Que si yo no te tuviera
La vida triste me fuera
Sin los rayos de tu sol.

Hoy quiero a ti regalarte
Estos versos tan hermosos
Que iluminen tus bellos ojos
Las joyas de mi estandarte…




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