Hormona del amor


Donde quiera que tu tengas
las hormonas del amor
alimentalas con ganas
para no sentir dolor.

No dejes que tu sol se apague
ese que fluye por dentro
y manten la llama que arde
aumentando el sentimiento.

No lo des todo por hecho
que en el amor hay espinas
que se te clavan en el pecho
y que en el pecho germinan.

Tenemos que estar alertas
ante los males de amores
y tener la mente abierta
para cancelar dolores.

Toma una dosis de hormonas
y revive el amor pasado
que no muera en ti esa persona
de la que estas enamorado.


Se equivocó la paloma.


Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.

Por ir al Norte, fue al Sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.

Que las estrellas, rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.

(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)

Rafael Alberti Merello (El Puerto de Santa María, 16 de diciembre de 1902 - 28 de octubre de 1999) fue un escritor español, especialmente reconocido como poeta, miembro de la generación del 27. Está considerado uno de los mayores literatos de la llamada Edad de Plata de la literatura española.

Miembro activo del Partido Comunista de España, se exilió tras la Guerra Civil. Vuelto a España tras la instauración de la democracia, fue diputado nacional en 1977 por el Partido Comunista y recibió numerosos reconocimientos (premio Cervantes e Hijo Predilecto de Andalucía en 1983, doctor honoris causa por la Universidad de Cádiz en 1985).

Publicó sus memorias bajo el título de La arboleda perdida. Para saber mas pulse aqui.

Buscando el azul de un poema


A mi sangre prende el sueño
y en mis manos se enarbola
el camino que ando sola
encendida como un leño.

Por mostrar la maravilla
que con alma y entre mi frente
se hace palabra candente
en blanco de una cuartilla.

Porque yo os dono prestado
la gracia de mi dulzura
cuando mi verso en blancura
se hace jazmín satinado.

Venid a mí con sonrisa
que es amor lo que brotara,
como pájaro volara
a tu alma con suave brisa.


Con alas el verso mueve
y en mis ojos se recrea
el clamor donde se vea
el cielo que me conmueve.

Luz, lo que en albor confino
y buscando entre la bruma
el devenir de la espuma
en mar de olas coralino.

Busco el azul de un poema
cuando entre su agua me ondea,
mientras mi mente badea
la palabra más suprema.

Canción eterna de vida
si me suena imaginaria
prendiendo luz luminaria
a mi frente conmovida.


Todos los derechos reservados

















Kiriko


Te creías un gallo de pelea
te sentías el dueño del cotarro
que el corral era tu feudo y tu dominio
un harén, un prostíbulo, un serrallo.

Despertabas al sol de madrugada
Con tus cantos viriles y obstinados
Imponías tu ley y tu deseo
Y atacabas con furia a picotazos
a quien no se doblaba a tus deseos,
a gallinas a pollos, a conejos
esgrimiendo tu pico y espolones,
no admitías excusas ni rechazos.

Pero una noche te fuiste tras la zorra
que te embrujó con su rabo plateado
abandonaste a tus huevos y gallinas
babeando como un moco de pavo
picoteando sus restos y sus heces
calladito, sumiso y entregado.

Conseguiste escapar de sus colmillos
De sus zarpas furiosas y asesinas
Y ahora vuelves a tu redil,  hundido
Cabizbajo, herido y desplumado
pero ya hay otro gallo en tu cantina,

Aquel pollo a quien tú atemorizabas
Aquel a quien le robabas pienso
Ahora es más fuerte que tú y te desafía.
Ya no hay sitio para ti en el palo
No sirves ni pa caldo de gallina.


El novio de la muerte, legión


Nadie en el Tercio sabía
quien era aquel legionario
tan audaz y temerario
que a la Legión se alistó.

Nadie sabía su historia,
más la Legión suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo, el corazón.

Más si alguno quien era le preguntaba
con dolor y rudeza le contestaba:

"Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera,
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera".

Cuando más rudo era el fuego
y la pelea más fiera
defendiendo su Bandera
el legionario avanzó.

Y sin temer al empuje
del enemigo exaltado,
supo morir como un bravo
y la enseña rescató.



Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el legionario con voz doliente:

"Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera,
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera".

Cuando, al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato
de una divina mujer.

Y aquella carta decía:
"Si algún día Dios te llama
para mi un puesto reclama
que buscarte pronto iré".

Y en el último beso que le enviaba
su postrer despedida le consagraba.

Por ir a tu lado a verte
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi bandera.



































La letra se basa en un suceso real que tuvo lugar el 7 de enero de 1921 en Beni Hassán. En el transcurso de una acción militar durante la Guerra del Rif, falleció como consecuencia de heridas de guerra el cabo de la primera bandera de la legión Baltasar Queija de la Vega. En su bolsillo se encontraron al parecer unos versos que acababa de escribir, emocionado por la reciente muerte de su novia. Poco antes había expresado a sus compañeros el deseo de reunirse prontamente con ella en la otra vida.​ Esta historia fue recogida por el fundador de la legión española, Millan Astray, en su libro La Legión... 

Abro los ojos...


Abro los ojos y despierto entre  el ruido de la pólvora,
oigo como algún grito huye, perseguido por la muerte,
estoy enterrado  en el barro con el cuerpo  herido,
acompañado de un  silencio mas muerto que vivo.

De pronto noto una mano, la mano de un soldado
que me agarra, mientras me susurra...
miro su traje, no es como el mío,
es del otro bando, quizás una bala mía,
le llego llorando.

Esta  mal herido, pero callo y escucho,
mientras habla, en toda esa estúpida guerra,
vine a buscar a mi hermano a pesar de ser mi  enemigo,
no tuvimos el mismo padre pero eso no debe importar,
y aunque no le conocí, llevo su foto en el traje
para  poderlo encontrar.

Pero hoy  no lo podre buscar, sin ti mi foto se perderá,
por  eso te pido cumplas mi último deseo,
que lo busques  tu por mí, y si lo encuentras por el camino
dile que una vez su hermano fui, dile por querer encontrarle
llegue hasta aquí.

Con la mano temblorosa me da una foto arrugada,
al cogerla de su mano le prometo cumplir
la búsqueda   de su hermano, eso le hace sonreír
durante un breve instante, pero luego noto que su voz,
esta  ya distante.

Mi enemigo  se fue, entre él y yo queda solo  una promesa,
de nuevo con el silencio mi curiosidad abre la foto,
con los dedos helados, la limpio de barro 
le quito sus arrugas y la miro...

¡¡ Dios Mío !! ¡¡ no lo puedo creer !!,
mi cuerpo empieza a sudar frio, me  refriegó los ojos con la mano
y temblando descubro, que el de la foto soy yo,
que aquel hombre al que quizás disparé, ese pobre enemigo
que buscó coger mi mano, no era otro que mi propio hermano.


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