La desconfianza, soneto

¿Qué es esto, amante corazón rendido?
¿De qué te sirve tan dichoso estado,
si tus penas parece se han doblado
de que empezaste a ser favorecido?

La imagen horrorosa del olvido
turba mi gloria y crece mi cuidado,
y aun al alma, confieso, ha penetrado,
no celos, un recelo mal nacido.

¡Ay, Lisi mía, en qué mortal quebranto
despedazado el corazón me siento,
de un temor a la rústica violencia!

Y si sólo un temor me aflige tanto,
cuánto será bien mío mi tormento,
si a ser este temor llega evidencia.


Vicente Antonio García de la Huerta (Zafra, 19 de marzo de 1734 - Madrid, 12 de marzo de 1787) fue un poeta y dramaturgo español, hermano del sacerdote y también escritor Pedro García de la Huerta. Para saber más pulse aquí.

A Narciso y a A Ganimedes, Juan de Arguijo


A Narciso

Crece el insano ardor, crece el engaño
del que en las aguas vio su imagen bella;
y él, sola causa en su mortal querella,
busca el remedio y acrecienta el daño.

Vuelve a verse en la fuente ¡caso extraño!:
del'agua sale el fuego; mas en ella
templarlo piensa, y la enemiga estrella
sus ojos cierra al fácil desengaño.

Fallecieron las fuerzas y el sentido
al ciego amante amado, que a su suerte
la costosa beldad cayó rendida.

Y ahora, en flor purpúrea convertido,
l'agua, que fue principio de su muerte,
hace que crezca, y prueba a darle vida.
A Ganimedes

Crece el insano ardor, crece el engaño
del que en las aguas vio su imagen bella;
y él, sola causa en su mortal querella,
busca el remedio y acrecienta el daño.

Vuelve a verse en la fuente ¡caso extraño!
del agua sale el fuego; mas en ella
templarlo piensa, y la enemiga estrella
sus ojos cierra al fácil desengaño.

Fallecieron las fuerzas y el sentido
al ciego amante amado, que a su suerte
la costosa beldad cayó rendida.

Y ahora, en flor purpúrea convertido,
l'agua, que fue principio de su muerte,
hace que crezca, y prueba a darle vida.

























Hijo de familia acaudalada y caballero Veinticuatro de su ciudad natal, fue nombrado procurador en las Cortes convocadas por Felipe III en 1598. Era además músico y diestro tañedor de vihuela, y se distinguió como mecenas de artistas y escritores. En su tertulia solía leer cuentos, que recogió el poeta sevillano Antonio Ortiz Melgarejo y editó Antonio Paz y Mellá en uno de los volúmenes de Sales españolas o agudezas del ingenio nacional...Para saber más pulse aquí.

La ninfa mía, Gongora


Al tramontar del Sol, la ninfa mía, 
De flores despojando el verde llano, 
Cuantas troncaba la hermosa mano, 
Tantas el blanco pie crecer hacía.

Ondeábale el viento que corría 
El oro fino con error galano, 
Cual verde hoja de álamo lozano 
Se mueve al rojo despuntar del día.

Mas luego que ciñó sus sienes bellas 
De los varios despojos de su falda 
(Término puesto al oro y a la nieve),

Juraré que lució más su guirnalda 
Con ser de flores, la otra ser de estrellas, 
Que la que ilustra el cielo en luces nueve.
Tras la bermeja Aurora el Sol dorado 
Por las puertas salía del Oriente, 
Ella de flores la rosada frente, 
Él de encendidos rayos coronado.

Sembraban su contento o su cuidado, 
Cuál con voz dulce, cuál con voz doliente, 
Las tiernas aves con la luz presente 
En el fresco aire y en el verde prado,

Cuando salió bastante a dar Leonora 
Cuerpo a los vientos y a las piedras alma, 
Cantando de su rico albergue, y luego

Ni oí las aves más, ni vi la Aurora; 
Porque al salir, o todo quedó en calma, 
O yo (que es lo más cierto), sordo y ciego.























En sus poesías se solían distinguir dos períodos. En el tradicional hace uso de los metros cortos y temas ligeros. Para ello usaba décimas, romances, letrillas, etc. Este período duró hasta 1610, en que cambió para volverse culterano, haciendo uso de metáforas difíciles, muchas alusiones mitológicas, cultismos, hipérbatos, etc., pero Dámaso Alonso demostró que estas dificultades estaban ya presentes en su primera época y que la segunda es una intensificación de estos recursos realizada por motivos estéticos...Para saber más pulse aquí.

Romance...

De una torre de palacio se salió por un postigo 
la Cava con sus doncellas con gran fiesta y regocijo. 
Metiéronse en un jardín cerca de un espeso ombrío 
de jazmines y arrayanes, de pámpanos y racimos. 

Junto a una fuente que vierte por seis caños de oro fino 
cristal y perlas sonoras entre espadañas y lirios, 
reposaron las doncellas buscando solaz y alivio 
al fuego de mocedad y a los ardores de estío. 

Daban al agua sus brazos y tentada de su frío, 
fue la Cava la primera que desnudó sus vestidos. 

En la sombreada alberca su cuerpo brilla tan lindo 
que al de todas las demás como sol ha escurecido. 
Pensó la Cava estar sola, pero la ventura quiso 
que entre unas espesas yedras la miraba el rey Rodrigo. 

Puso la ocasión el fuego en el corazón altivo, 
y amor, batiendo sus alas, abrasóle de improviso. 

De la pérdida de España, fue aquí funesto principio 
una mujer sin ventura y un hombre de amor rendido.

Florinda perdió su flor, el rey padeció el castigo; 
ella dice que hubo fuerza, él que gusto consentido. 
Si dicen quién de los dos la mayor culpa ha tenido, 
digan los hombres: la Cava y las mujeres: Rodrigo.

Garcilaso de la Vega, Garcilaso entró a servir en 1520 al rey Carlos I de España en calidad de contino real. Aprendió griego, latín, italiano y francés, así como el arte de la esgrima y a tocar la cítara, el arpa y el laúd..

Mátame Amor, Mátame.

Déjame por piedad trepar al templo
donde se hallan las puertas de tu boca,
sabes bien el placer que me provoca,
Luego mátame mientras te contemplo.

Pero hazlo sin medida ni clemencia,
no me importa si muero entre tus brazos, 
que tus labios aprieten cuales lazos
y me besen con toda su violencia.

O quizá poco a poco y suavemente,
con un dulce veneno tentativo 
que me haga perecer muy lentamente.

¡Mátame!,Si prefieres te lo escribo 
con vaho de susurros simplemente. 
Mátame con tu amor, si sigo vivo.


Ramon Bonachi

Tal para cual...mi perro y yo

Que es algo temeroso... no lo dudo,
que es un pelín ansioso, no lo niego,
pero su corazón siempre al desnudo
me muestra que en su haber solo hay apego.

A veces me sorprende y quedo mudo,
no gasta ni un momento de sosiego,
su imagen da que hablar muy a menudo 
pero no es nada tonto y menos ciego.

No tiene nada suyo, ni le importa,
solo quiere una mano que lo mime
porque la soledad no la soporta.

Sin ser nada especial es sorprendente,
es fácil que a cualquier árbol se arrime
y agradezca su sombra amablemente.


Ramon Bonachi

Al señor de los milagros, Lima


Paso a Nuestro Amo y Señor 
andas, lienzo y candelabros. 
Paso a Nuestro Salvador 
el Señor de los Milagros.

La calle es un río humano 
por cuyo cauce, la gente 
muy acompasadamente 
camina desde temprano. 
“Avancen, avancen hermanos, 
no estorben al cargador...” 
grita el Capataz Mayor 
que las cuadrillas comanda. 
“Paso, que vienen las andas, 
paso a Nuestro Amo y Señor...”

Por las calles se desborda 
aquel torrente morado; 
gimen los pies maltratados, 
la Fe permanece sorda. 
La multitud que lo aborda 
da marco al rey de los cuadros: 
Caídas y descalabros 
en aquella mar mulata, 
y cual velero de plata 
andas, lienzo y candelabros.
Una señora morena 
le ofrece todos sus hijos; 
una ciega de ojos fijos 
pídele Luz Nazarena; 
azota una Magdalena 
su vil cuerpo pecador. 
Al paso del Redentor 
doblan tristes las campanas 
“Avancen, avancen hermanas, 
paso a Nuestro Salvador...”

Sobre el lienzo de Jesús 
la tarde pinta una sombra. 
Sobre las frentes se nombra 
señal dela Santa Cruz... 
Bajo un cirio, santa luz
A Ti, Señor, me consagro, 
y de tus perfiles magros 
venga a nos tu Redención 
que nunca negó perdón 
el Señor de los Milagros.

Nicomedes Santa Cruz, Asumió la tarea de revivir el folclore afroperuano que organizó con su hermana Victoria Santa Cruz (1956-1961), Para saber más pulse aquí.
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