como nunca has querido
a que pasees por las estrellas
cuando tú estás conmigo.
Y cuando beses mi boca
seré ese licor prohibido
que endulza hasta el alma
como lo hace el buen vino.
Cuando te abrazen mi brazos
sentiras que soy el nido
donde quieres reposar
cuando tú estás perdido.
Te enseñaré a caminar
por mi cuerpo hacer caminos
y en mi piel sendas blancas
ser tu mi peregrino.
Te enseñaré a que me busques
cuando quieras que sea el abrigo
que te cobija del miedo
y te arropa de ese frío.
Te enseñare a quererme
como nunca has querido
que yo soy tu prisionera
y yo te haré mi cautivo.