Ahora que tus palabras no escucho en la noche y que tan lejos de mi, tu cuerpo queda,
se hace testigo y presencia tus versos, que se quedaron dormidos en mi madriguera.
El susurro del eco de tus palabras cayadas y esos besos plantados en la flor de tu boca
el pequeño río de humedad en tu espalda y tu piel en mi piel, que de ausencia llora.
Y en mi lecho cayado cuando cierro los ojos, yo te traigo a mi lado y me siento hermoso
cuando recuerdo tus palabras y tus sentimientos, de que soy para ti, tu hombre milagroso.
Yo miro tu foto y te beso en los labios y te siento tan cerca que creo volar
y en unos instantes tu lejanía se acerca, sintiendo tu pecho en mi pecho gritar.
Ahora que tu estas tan lejos y tan cerca de mi alma te siento y emito suspiros hacia ese cielo
que te cubre de la gloria de mis pensamientos y tu vas plantando las rosas, de sublime aliento...