Ama, como ama la música al viento.
Como ama la soledad al silencio.
Como ama la bella rosa a la espina
que protege su pétalo queriendo.
Ama, mientras la sangre, siga latiendo.
Como aman las grandes olas a la arena
que arrastran hacia el mar intenso
y envuelven con caricia de blanca espuma
en un bello batir de movimiento.
Ámame, mientras tu mente persiga un sueño.
Aún siendo muy grises mis cabellos
y con ojos cansados de niebla
te lean con amor, mis últimos versos.
Ámame, aún después de que yo, haya muerto.
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