A la feria de Sevilla...

Con tu traje de flamenca
y tu gracia mexicana,
tienes que venir a la feria
de mi tierra sevillana.

Ya veras cuando pasees
debajo de la portada
como las miradas se vuelven
para tocarte las palmas.

Y entraremos en las casetas
cogidos de la cintura
tu, con tu sonrisa bella
yo con cara de aventura.
En el tablao un taconeo
y en las barras unos finitos
en un apartado diez besos
y para terminar mojitos...

Pero la noche no acaba
hay un caldito caliente
con aroma a yerbabuena
para calentar el ambiente.

Y ya a la amanecida
unos churritos sabrosos
un beso y mil caricias
mientras te miro a los ojos.

















La casa. Gabriela Mistral

La mesa, hijo, está tendida 
en blancura quieta de nata, 
y en cuatro muros azulea, 
dando relumbres, la cerámica.

Ésta es la sal, éste el aceite 
y al centro el Pan que casi habla.

Oro más lindo que oro del Pan 
no está ni en fruta ni en retama, 
y da su olor de espiga y horno 
una dicha que nunca sacia.

Lo partimos, hijito, juntos, 
con dedos duros y palma blanda, 
y tú lo miras asombrado 
de tierra negra que da flor blanca.

Baja la mano de comer, 
que tu madre también la baja. 

Los trigos, hijo, son del aire, 
y son del sol y de la azada; 
pero este Pan, cara de Dios
no llega a mesas de las casas. 
Y si otros niños no lo tienen, 
mejor, mi hijo, no lo tocaras, 
y no tomarlo mejor sería 
con mano y mano avergonzadas.

Hijo, el Hambre, cara de mueca, 
en remolino gira las parvas, 
y se buscan y no se encuentran 
el Pan y el hambre corcovada. 

Para que lo halle, si ahora entra, 
el Pan dejemos hasta mañana; 
el fuego ardiendo marque la puerta, 
que el indio qechua nunca cerraba, 
y miremos comer al Hambre, 
para dormir con cuerpo y alma...























Hija de Juan Jerónimo Godoy Villanueva, profesor de ascendencia diaguita, y de Petronila Alcayaga Rojas, de ascendencia vasca, Gabriela Mistral nació en Vicuña, ciudad en la que hoy existe un museo dedicado a ella en la calle donde nació y que actualmente lleva su nombre...Para saber más pulse aquí.

Cuando te tengo a solas...

Hagamos un alto en el desván,
olvida el desorden de ahora
que mis besos te quieren besar
y el deseo en mi pecho aflora.

Que cuando yo te tengo a solas
tengo que aprovechar el momento
y llenarte de mis caricias
que sepas lo que por ti siento.
Tu solo abandónate mi vida
que el tiempo se nos hace corto
para que tu piel se me encienda
en gemidos poco a poco...

Ya tendremos otro momento
para ordenar el desván,
ahora solo quiero tus te quiero
y que nos volvamos a amar...











Cuando te tengo crayolita
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