Hueles a hembra cálida y jugosa,
al rocío que besa a la amapola,
a suspiro de rosa enamorada
a la hierba bañada por la aurora.
Hueles a hogaza tierna y horneada,
a rescoldo de leña, a primavera
al trigo que se dora en los sembrados
a la menta que crece en las riberas.
Hueles al tibio perfume de tus ingles,
al aroma animal de tus axilas
a la flor que palpita entre tus muslos
y se baña en el néctar que destila.
Cuando hundo mi rostro entre tus pechos,
y me lleno los labios de ambrosias,
sé que ya estoy perdido y me someto
al sagrado placer de tus caricias.
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