Aún eres tú en medio de una incesante cascada
de esmeraldas y de sombras,
como una larga palabra de amor, como una pérdida total.
Aún eres tú quien me tiene a sus pies como una blanca cadena de relámpagos,
como una estatua en el mar, como una rosa deshecha en cortos sueños de nieve y sombras,
como un ardiente abrazo de perfumes en el centro del mundo.
Aún eres tú como una rueda de dulces tinieblas agitándome el corazón con su música profunda,
como una mirada que enciende callados remolinos bajo las plumas del cielo,
como la hierba de oro de una trémula estrella, como la lluvia en el mar,
como relámpagos furtivos y vientos inmensos en el mar.
En el vacío de un alma donde la nieve descarga en una ventana
hecha con los resonantes emblemas del otoño, como una aurora en la noche,
como un alto puñado de flechas del más alto silencio aún eres tú, aún es tu reino.
Como un hermoso cuerpo que baña la memoria,
como un hermoso cuerpo sembrado de soledad y mariposas,
como una levantada columna con el tiempo a solas, como un torso cálido y sonoro,
como unos ojos donde galopa a ciegas mi destino y el canto es fuego,
fuego la constelación que desata en nuestros labios
la gota más pura del fuego del amor y de la noche,
la quemante palabra en que fluye el amor, aún.
Javier Soluguren
como una larga palabra de amor, como una pérdida total.
Aún eres tú quien me tiene a sus pies como una blanca cadena de relámpagos,
como una estatua en el mar, como una rosa deshecha en cortos sueños de nieve y sombras,
como un ardiente abrazo de perfumes en el centro del mundo.
Aún eres tú como una rueda de dulces tinieblas agitándome el corazón con su música profunda,
como una mirada que enciende callados remolinos bajo las plumas del cielo,
como la hierba de oro de una trémula estrella, como la lluvia en el mar,
como relámpagos furtivos y vientos inmensos en el mar.
En el vacío de un alma donde la nieve descarga en una ventana
hecha con los resonantes emblemas del otoño, como una aurora en la noche,
como un alto puñado de flechas del más alto silencio aún eres tú, aún es tu reino.
Como un hermoso cuerpo que baña la memoria,
como un hermoso cuerpo sembrado de soledad y mariposas,
como una levantada columna con el tiempo a solas, como un torso cálido y sonoro,
como unos ojos donde galopa a ciegas mi destino y el canto es fuego,
fuego la constelación que desata en nuestros labios
la gota más pura del fuego del amor y de la noche,
la quemante palabra en que fluye el amor, aún.
Javier Soluguren
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