¿Adónde fuiste, amor, adónde fuiste?
Se extinguió del poniente el manso fuego,
y tú que me decías hasta luego,
volveré por la noche, no volviste.
¿En qué zarzas tu pie divino heriste?
¿Qué muro cruel te ensordeció a mi ruego?
¿Qué nieve supo congelar tu apego
y a tu memoria hurtar mi imagen triste?
Amor, ya no vendrás, en vano, ansioso,
de mi balcón atalayando vivo
el campo verde y el confín brumoso,
y me finge un celaje fugitivo
nave de luz en que al final reposo,
va tu dulce fantasma pensativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario