La realidad mas intensa y excitante del kamasutra no está en las posiciones del cuerpo,
es la pasión, ternura y amor que transmitimos a través de las palabras cuando amamos.
Si predisponemos con palabras a nuestra pareja que contengan todos esos sentimientos,
el acto de amar se convierte de ser una simple relación sexual, en un acto sublime,
un acto placentero donde todos los sentidos intervienen potenciando el orgasmo
y la satisfacción que produce en esa relación el sentirse amado y no simplemente utilizado.
Sobre todo las mujeres, son muy sensibles a esa previa preparación que las predispone
para una entrega total y despierta su apetito sexual y su disposición para amar.
Hay hombres que también necesitan y agradecen ese tipo de comportamientos,
aunque el hombre es mas primitivo y menos románticos en el sexo
y quizás no sepan sacar ese partido que tiene y la influencia de las palabras cuando ama.
Las posturas del kamasutra desde luego son muy excitantes y proporcionan gran placer,
pero hay un placer mas allá de las posturas y es hacer el amor con el kamasutra de las palabras.
Ángel Reyes Burgos
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