Oh Venus



Clara noche en que vi confusamente
mezclarse mi desdicha y mi ventura,
noche de amor y noche de amargura
siempre en mis ojos estarás presente.

Veré continuar el oro refulgente
que de orla sirve a la celeste altura,
el vivo resplandor la nieve pura,
la dulce majestad y el fuego ardiente.

Veré la copa del placer unida
al vaso del dolor y en un instante
empezar y acabar mi triste vida,

mas no veré sereno mi semblante
hasta serme otra noche concedida
de tanto gusto pero más constante.





Oh Venus, tu jardín ameno ha sido
Abierto al fin; entré con pie dudoso.
¡Qué lindas frutas! ¡Qué ámbar delicioso!
¡Qué nuevo agrado allí tuvo el sentido!

A tu fuente llegué; y aun atrevido
Apliqué al agua el labio caluroso;
Estaba a cada sorbo más ansioso:
Todo el raudal hubiérame bebido.

Si en los contornos de tu templo sacro
Tartos placeres unes ¡cuán mayores
Serán ante tu mismo simulacro!

¡Y cuál será llegar entre mil flores
Al bien supremo de tocar el ara!
¡Quien en ella al Amor sacrificara!

Gaspar María de la Nava Álvarez


No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger... Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...