Aún rodeado de miserias
yo consigo estremecerne
al ver con cuanta ternura
tratan los pobres a otros seres.
Y me hace sentir culpable
tanto derroche de amor
y me hace sentir cobarde
por no aliviar su dolor.
La gente en el fondo es buena
aunque la maldad persista
y el yugo de las cadenas
en su corazón resista.
Me ha comovido este pobre
porque el no tiene de nada
y su corazón se estremece
al ver una llama apagada.
A mi me hace sentir
como humano un campeón
a pesar que he llegado a sufrir
por mi desidia el dolor.
Bien echo mendigo hermoso
eres la nueva ilusión
de los poetas que soltaron
las piedras del corazón.
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