Tengo sueños de boca, de boca fluida y fresca,
como arroyuelo fresco, boca color de rosa;
fuente de vida pura, fruta pura y carnosa,
de refrescante labio, que a mi labio refresca.
Tengo sueños de pechos, pechos como dos lunas,
lunas bellas y firmes de un frescor juvenil,
que acompañan mi sueño si es mi sueño febril,
o se aprestan gentiles a acallar mis hambrunas.
Tengo sueños de un talle, talle como de avispa,
de esbelta curvatura y delicados llanos,
cuidado con ternezas, ternezas de mis manos,
que acuden a él crispadas cuando el ansia las crispa.
Tengo sueños de un vientre, cobijo en mis mañanas,
tibio y dulce cobijo que a mi avidez convoca,
que me despierta afanes y afanes me sofoca,
que me exalta la sangre y me embriaga las ganas.
Tengo sueños y sueños que confluyen en ti,
sueños que me demandan, boca, pechos y talle;
y tu vientre ligado, para que cuando estalle
tú también estallando vibres unida a mí.