Me tienes. No me tienes.
Soy parte de tu alma, de tu aliento,
casi te lleno toda, y me percibes
tan real en la voz de mi silencio;
florecida de nuevo, airosa novia,
toda blanca de mí,como el almendro.
Me tienes. No me tienes.
Tu mano está vacía, sin mi cuerpo.
Duermes sola, conmigo, pero sola,
sin llegar a tocarme, estoy tan lejos…
Soy la esperanza que hacia ti confluye
a lo largo de cósmicos senderos
y años de luz, estrella que parece
inmóvil en su débil parpadeo,
tan rápida y tan lenta.
Y yo también te tengo y no te tengo;
soy oquedad llena de ti y tan huérfana
que a la vez que sin ti, contigo duermo.
Avanzo a pasos de hora, ¡qué tardanza!,
a ritmo de segundos andar quiero,
que parezcan mis pies, no ruedas, alas,
que el camino me frena, mas no el cielo.
Ay,cuánto tiempo pierdo en las veredas,
llévame, nube, llévame tú, viento,
que la piel, inactiva, se acongoja.
Únase ya el sentido al sentimiento.
Francisco Alvarez Hidalgo
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