Permíteme recorrer tu cuerpo con mis dedos
Como gran nave por los mares
surcándolos a través de lontananza
Y a ti, acariciarte sin remedos
Escuchando del viento sus cantares,
Como el mar agitado o en bonanza.
Dame el placer de pensarme barquichuelo
Para sentir como él, del mar, yo la furia de tu sangre,
El latir de tu corazón con entereza,
Pensarme tener el brío y destreza de un chicuelo,
Al ritmo del mar cuando desangre
Las olas en espuma con pereza.
Quiero acariciar la suavidad de tu piel
Sintiendo el olor a primavera,
Como el aire matinal
Que el agua marina trae con él,
Acabando con la incierta espera
De este amor, que me hace tanto mal.
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