Si el ocaso me empuja de tu orilla,
la mañana me acerca a tus umbrales.
Ay, que los sentimientos ilegales
me condenan a estar siempre en capilla.
Apenas ya la luz del alba brilla
transponiendo impulsiva los cristales
de tu balcón, resuenan atabales
en mi piel, sacudiendo mi semilla.
Como ladrón me acerco, subrepticio,
trémulo, pero audaz, y te acaricio
con extraña erupción de dos temblores.
Temblor de oir su voz o su pisada,
y temblor de saber que mi llegada
me capacita a deshojar tus flores.
2 comentarios:
Un bonito Blog. Me gusta. Muy interesante y versátil.Hermosos colores. Mucho arte. Deseo seguirte.Un saludo fraterno para ti.
http://socialculturalyhumano.blogspot.com/
Amigo, gracias por tu amable comentario que me da ánimos para seguir mejorando. Te envió un abrazo sevillano y mis deseos de un feliz fin de semana.
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