El río besa que besa
con sus aguas mis orillas,
pero el beso que me llena
me llega de tu sonrisa.
Atardece en estas horas
a la vera de mi río
y mi corazón añora
ese beso que te pido.
¡No te vayas, no te vayas!
Si aún no has llegado hasta mí…
¿No ves que el río se calla
para verte sonreír?
Dame esa flor de tu boca,
que yo te daré caricias.
¿No ves que el sol nos provoca
para jugar a escondidas?
Los árboles con sus hojas
abanican los suspiros
y en los campos de panojas
se enciende un canto de grillos.
Esta noche no habrá luna,
pero yo, con mis pinceles,
quiero dibujarte una
con rosas y cascabeles.
Las rosas para tu pelo
y cascabeles de plata,
para que vivas el sueño
de mi amor en esta nana.
(Reservados todos los derechos de autor)
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