En Jaén donde resido
Vive don Lope de Sosa, y
Diréte, Inés, la cosa,
Más brava de él que has oído.
Tenía este caballero
Un criado portugués.
Pero cenemos, Inés,
Si te parece, primero
La ensalada y salpicón
Hizo fin ¿qué viene ahora?
La morcilla, ¡gran señora
Digna de veneración!
Que oronda viene y qué bella!
¡Qué través y enjundia tiene!
Paréceme, Inés, que viene
Par que demos con ella.
Prueba el queso, que es extremo,
Par que demos con ella.
Prueba el queso, que es extremo,
El de Pinto no le iguala;
Pues la aceituna no es mala
Bien puede bogar su remo.
Ya que, Inés hemos cenado,
Tan bien y tan a gusto,
Parece que será justo
Volver al cuento pasado.
Pues sabrás, Inés, hermana,
Que el portugués cayó enfermo..
Las once dan, yo me duermo;
Quédese para mañana...
Mi madre en su lecho reza
por mí su oración confiada.
Pero yo tal vez por siempre
tendré mi cara con lágrimas...
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