Que grande se torna el verso contigo
al nombrarte madre , tu abrazo yo siento,
eres la sombra del recuerdo amigo
que acompaña siempre a mi pensamiento.
Grabada en tu rostro quedo mi vida,
en tu alma la página de mis sueños
y entre tus arrugas se haya escondida
la niña que fui, todos mis empeños,
nanas que la luna escuchó callada
cuentos de princesas y hombres buenos.
Mi inocencia duerme aún en tu almohada
todos mis vocablos de ti están llenos.
Tú carne esconde de mi tantas cosas
que yo me veo un poco en ti al mirarte
y aunque este jardín se quede sin rosas
de mi tierra no podrán arrancarte.
Eres la raiz que a mi tierra da vida,
el agua que hizo a este pobre árbol crecer,
y en el polvo de mi senda perdida
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